José Císcar* - NECROLÓGICA

Miguel Barceló, un gigante entre rascacielos

«Amaba a Alicante, a la Comunidad Valenciana y a España, a la que sirvió durante toda su vida»

Imagen de Miguel Barceló tomada en 2008 JUAN CARLOS SOLER

La muerte siempre nos pilla a contrapié. Poco importa que se trate de una persona de corta edad o de una de 94 años, como ha sido el caso de Miguel Barceló . Para mí, siempre don Miguel. La sensación de abandono que nos produce la pérdida de la vida es siempre causa de desasosiego, porque nunca nos acostumbramos al adiós definitivo.

En el caso de Miguel Barceló, me costará muchísimo a partir de ahora imaginar a Benidorm sin su presenci a. Nunca será lo mismo. La dedicación a tareas políticas y el desempeño de responsabilidades públicas nos brinda siempre la oportunidad de conocer a muchas personas. Crecí políticamente bajo la admiración y el respeto a bastantes de esas personas, y entre ellas destacaba sobremanera la figura de Miguel Barceló .

Ese sentimiento de fascinación y profunda estima fue creciendo a medida que lo iba conociendo, no sólo como político, sino también, especialmente, como persona.

Nunca olvidaré un tarde con él, en el despacho de su hotel Les Dunes, ya retirado de la vida política, donde sus reflexiones y consejos, su predisposición a ayudar a su partido y su templanza a la hora de analizar los problemas me aportaron mucha claridad a la hora de tomar algunas decisiones.

Su serenidad y su voz pausada al otro lado de la mesa permanecerán siempre en mi recuerdo. No se puede ser buen político sin ser buena persona y Miguel Barceló era un home bo, como solemos decir en nuestros pueblos. Era de esas personas discretas y dialogantes, capaces de aunar voluntades, que no intereses, en torno siempre a un bien mayor. En el caso de Miguel, ese bien superior siempre era Benidorm. Aunque no sólo Benidorm, su trabajo y preocupación abarcó también a la provincia de Alicante y la Comunidad Valenciana, a las que amaba profundamente, y a España, a la que sirvió durante toda su vida.

Imagen de Miguel Barceló tomada en 2008

No se puede entender la evolución de su ciudad en las últimas décadas sin tener en cuenta estos principios vitales que practicaba Miguel, ya fuera en su actividad profesional o en política. Siempre emanaba de él una predisposición natural hacia el diálogo, unido a una visión premonitoria sobre el futuro. Gracias a su forma de ser, todo en lo que se involucraba evolucionaba a mejor, daba igual que fueran su empresa, el Partido Popular o su amado Benidorm .

Miguel Barceló nos influyó a muchos para bien. Siempre tenía sabios consejos para quien se los pedía. Hoy nos deja un poco huérfanos a todos los que formamos la familia del Partido Popular . Como los rascacielos que dibujan la silueta de Benidorm, su imagen sólida, de home bo, su autoridad moral, perdurará en nuestro recuerdo durante muchos años. Desde el Partido Popular de Alicante nos unimos al dolor de sus familiares y sus amigos. Miguel, muchas gracias por todo.

*Presidente del PP de la provincia de Alicante

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