Alexis Marí * - A CARA DESCUBIERTA

Masters, títulos y todos los «Cifuentes»

«Conozco compañeros de trabajo que venían de una situación de desempleo y desarrollan como nadie su buen trabajo parlamentario»

Imagen de Cristina Cifuentes en el pleno de la Asamblea de Madrid Maya Balanya

Ya se alarga el culebrón de Cristina Cifuentes . Demasiado. Como dijo un periodista de investigación ante la supuesta trama de financiación ilegal de dos partidos valencianos , oiga, enseñe la documentación, diga dónde y cómo lo ha obtenido y poco más. De lo demás ya se encargan los juzgados, la prensa y los partidos políticos que esperan “a la caza” el fallo del adversario.

No es preocupante tanto la formación académica de los diputados y diputadas de una Cámara sino la transparencia y esa constante preocupación por dar a entender lo que no es. Y más preocupante aún, la falta de aptitudes que debería ser exigible a un representante público, precisamente por eso, porque va a ser la representación legislativa en la casa de todos los valencianos, en este caso, en las Cortes Valencianas.

Conozco de pleno a compañeros adversarios políticos con escasa formación académica y, en cambio, están dentro de mi particular y subjetivo “top ten” de parlamentarios que son capaces ya no solo de articular de forma ordenada un buen discurso político, sino también de transmitir conocimiento, empatizar, concretar, discernir lo oportuno, dialogar, y sobre todo, acordar.

Conocen perfectamente la institución donde trabajan (se han preocupado en conocerla), son intuitivos, aventureros, curiosos y en definitiva, una buena figura política que sirve de forma eficiente, constante y decidida a todos los ciudadanos, a los que le han votado y a los que no.

La cara B de la moneda está en aquell@s que no saben articular palabra , y les aseguro a los lectores que no es ya por los nervios de subir a un atril para explicar un posicionamiento, sino que no son capaces siquiera de leer correctamente o de entender las indicaciones precisas del presidente de la Cámara. Preocupante. Muy preocupante. Periodistas testigos de tal drama, a veces se les ve más que sonrientes y creo yo que pensando aquello de la novela de San Manuel Bueno Mártir: “Dios mío porque me has abandonado”.

Imagen de Cristina Cifuentes en el pleno de la Asamblea de Madrid Maya Balanya

La solución, dependiendo el partido, pasa (eso es lo que ya he tenido que escuchar en varias ocasiones) por la “formación” de es@s diputad@s. Y yo les digo, ¡no señor!, las Cortes Valencianas no deberían ser un “buque insignia” para formar a políticos, no es el “Juan Sebastián El Cano”. Aquí debería venir todo el mundo aprendido. No tanto en el funcionamiento interno de ese Parlamento sino en todo lo que he relatado más arriba. No es de recibo que ante alguna intervención de algún o alguna diputada, los demás se miren entre sí (algunos miran sus teléfonos y ordenadores bajando la mirada) y piensen lo que piensan y lo que luego se comenta entre pasillos. Sensación de ridículo .

Yo me he criado en una época en la que la “titulitis” era importantísima. O bien eras licenciado, graduado, con más de uno o dos masters, títulos varios universitarios y hasta la tarjeta del BlockBuster o no eras nada. A eso nos acostumbramos, a eso nos rendimos todos, al menos yo . No es preocupante, insisto, la “marca de la universidad”, conozco compañeros de trabajo que venían de una situación de desempleo y desarrollan como nadie su buen trabajo parlamentario, pero si es importante la actitud y aptitud en el centro de lo que debe ser el epicentro de la política autonómica. Y eso siempre y sin excusas depende de cada partido político… Y de sus jefes.

*Diputado autonómico en el parlamento valenciano

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