Toni Subiela* - TRIBUNA ABIERTA

El lado oculto del nacionalismo valenciano

«El nacionalismo valenciano quiere gobernar para imponer sus doctrinas»

Toni Subiela*
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Como la luna, el nacionalismo también tiene su cara oculta. Enmascarada diría yo, porque se intenta esconder de forma premeditada. Y cuando algo se camufla puede ser por dos motivos: porque no es honesto o porque no es conveniente para el propósito deseado.

El nacionalismo valenciano quiere gobernar para imponer sus doctrinas y para ello necesita de respaldos mayoritarios. Por eso, silencian actitudes que fácilmente son reprobables por la mayoría de ciudadanos. Cuestiones como no condenar enérgicamente el terrorismo de ETA o ir a dar palmas a un mitin de un condenado por terrorismo como es el señor Otegi no conviene airealas.

Ya dijeron en Les Corts valencianas que consideraban igual el dolor de la madre de un etarra, que el dolor de aquella madre que ha perdido un hijo asesinado.

El nacionalismo es fanático y mezquino, pero no estúpido, y saben perfectamente que la mayoría de valencianos condenamos tan ruines palabras.

Enarbolan la bandera de la defensa por la memoria histórica, cuando deberían llamarla memoria selectiva. Son mucho más recientes los asesinatos de sus compañeros políticos que los de la Guerra Civil e incluso que los de la dictadura franquista que tanto les gusta recordar, pero esos inocentes que murieron sin ninguna explicación no parecen existir para la izquierda nacionalista. Su sectarismo les lleva a dividir los muertos entre justos e injustos, según el color político de quién empuñó la pistola o hizo explotar la bomba. Lamentable pero cierto.

Nos miran con odio y nos gritan con rabia a los que, a la cara, les llamamos sinvergüenzas e inmorales por justificar los crímenes de unos, mientras claman justicia por los de otros. Y yo me pregunto cómo puede una persona albergar tanto desprecio por quien tan solo ha cometido el delito de pensar distinto a ti.

Por mucho trabajo de marketing político que hagan desde los grupos nacionalistas, las evidencias de sus actos están ahí y hoy por hoy no es posible separar nacionalismo de independentismo y de sectarismo o fanatismo. Qué más da que sea de derechas o de izquierdas, siempre es injustificable, detestable y aborrecible.

*Toni Subiela es diputado de Ciudadanos en las Cortes Valencianas

Ver los comentarios