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Imagen de Kylo, la cría recién nacida en el Oceanogràfic de Valencia - ROBER SOLSONA

Especies en peligro de extinciónEl Oceanogràfic presenta a Kylu, la primera cría de ballena beluga que nace en cautividad en Europa

El nacimiento permite seguir avanzando en el estudio de esta especie y divulgar información para poder conservar la especie en su hábitat natural

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Kylu es una cría de ballena beluga que nació el 15 de noviembre con 74 kilogramos en el Oceanogràfic de València. Se trata del primer ejemplar criado en cautividad en Europa, un gran hito que permite a los profesionales estudiar la especie para poder contribuir a su conservación en su propio hábitat: el Ártico. Un área «amenazada por la desaparición del hielo y la contaminación» que, como indica Daniel García, director de Veterinaria del Oceanogràfic, «perjudican a las especies que allí sobreviven».

El Oceanogràfic de València es el único parque animal europeo que dispone de belugas, Kairo y Yulka, padre y madre del recién nacido. El nombre de Kylu procede de las iniciales de sus progenitores y «lu» de haber nacido en superluna.

Estudiar a esta familia permite «aportar información sobre cómo afectan las acciones humanas a esta especie y divulgar esos conocimientos para que la gente conozca lo que pasa en el Ártico», declara para ABC Celia Calabuig, presidenta de Avanqua, la entidad que gestiona el Oceanogràfic. De esta forma, el equipo, formado por más de 30 personas -que han estado «en turnos de 24 horas durante más de dos meses» pendientes de Kylu y su madre- seguirán estudiando a las belugas, monitorizando su desarrollo y evolución para poder divulgar la información y concienciar tanto a los visitantes del parque como a la sociedad a través de los medios de comunicación. «Para nosotros, eso ya es importante».

Sistema de alimentación innovador

Desde que Kylu nació, en solo dos meses ha pasado de 74 kilogramos a más de 110, y de 160 centímetros a 190, un gran logro dado el pequeño porcentaje de supervivencia de estos cetáceos marinos. De hecho, en 2006, el parque ya tuvo un nacimiento de una beluga, pero no vivió más que 20 días. «La inexperiencia de la madre provocó el rechazo de la relación con la cría, y el bebé no pudo alimentarse bien», explica Paola Muñoz, entrenadora de mamíferos marinos del departamento Ártico. La clave, esta vez, ha sido el innovador sistema de alimentación hecho para Kylu. «A través de un guante de látex, introducimos una sonda en el dedo corazón, que la cría engancha. Al final del tubo, a través de una jeringa, le inyectamos la leche», detalla la entrenadora.

Las belugas hembra no tienen pezón, por lo que las crías no están acostumbradas a mamar y el sistema que se utilizaba tradicionalmente -el biberón- presentaba dificultades por esa falta de succión de la cría.

Si en 2006 Yulka era joven e inexperta, en 2016, una Yulka de 20 años dio a luz sin problemas. Duró once horas y 22 minutos y no hubo complicación, «tan solo tuvo un poco de necrosis en la piel, de tener presionada la zona de la cola».

«La beluga es de los pocos mamíferos que salen por detrás, salen por la cola para que, cuando salga todo el cuerpo, puedan salir a respirar», explica la entrenadora. Kylu, además, nació bastante tarde, por lo que se hizo muy grande dentro de la madre y tardó algo más de una hora desde que asomó la cola hasta salir todo el cuerpo, lo que produjo esos pequeños problemas en la piel.

El equipo ha recibido en todo momento la colaboración del Aquario de Vancouver, Canadá, que está asociado con Avanqua, y de SeaWorld en Estados Unidos. Ambos centros tienen belugas, por lo que han podido aportar a este nacimiento su granito de arena. «Nosotros éramos totalmente inexpertos, no sabíamos a lo que íbamos. No somos muchos en el mundo los que trabajamos con mamíferos marinos, por lo que nos apoyamos de forma voluntaria, compartimos información -para eso estamos- y entre parques nos ayudamos muchísimo», señala Muñoz.

A partir de esta misma semana, los entrenadores y veterinarios comenzarán a darle pescado a Kylu, que por ahora solo bebía leche, y seguirán monitorizando a esta cría, fruto de la relación natural de las dos únicas que hay en Europa.

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