La democracia auscultativa

El titular de este artículo lo leí hace más de diez años en un prólogo de un libro sobre la actualidad de España escrito por Miquel Roca i Junyent . El señor Roca comentaba que vivimos momentos en que muchos políticos juegan a la ambigüedad antes que a definir sus posiciones. Políticos que prefieren buscar las palabras donde puedan contentar a todo el mundo antes que identificarse con posiciones que no gusten a una parte de la sociedad, o la de gobernar a golpe de encuestas e ir a remolque siempre de las demandas, que es lo contrario de todo liderazgo político, que tienen la función principal de proponer.

Estamos durante ya hace varios meses en una tormenta informativa política diaria donde Cataluña se lleva todos los titulares informativos. Con opiniones judiciales, convocatoria de elecciones, política de pactos y donde el discurso emocional pesa infinitamente más que sobre el racional y el económico, donde la fuga de empresas ya ronda los dos millares, y las previsiones de descenso del crecimiento económico de España se puede empezar a notar y más severamente en la propia Cataluña… pero parece que todo da igual.

Una vez le preguntaron a Raymond Aron , que como gran filósofo y sociólogo político que era, porque nunca se había implicado políticamente de manera activa y su respuesta fue contundente, decía que “el motivo de que no es político, es porque quiere entender”. Personalmente, y pienso que una mayoría social, está ya hastiada de la política de confrontación del típico “o estás conmigo o estás contra mí”, “o buenos o malos”… Eso explica muchas veces por qué tanto en España, como en la Comunitat Valenciana, lo podemos ver claramente en estos dos últimos años, no se gobierna nunca por una cosa, sino que se gobierna contra alguna cosa. Durán i Lleida definió en uno de sus escritos que un gobernante no es más que un opositor momentáneamente triunfador que aplica sus ideas de oposición, y en eso estamos.

En la Comunitat Valenciana y sobretodo en el Cap i Casal, donde hay un acuerdo de gobierno de tres partidos distintos , se gobierna de la manera más despótica posible. Incluso los mismos socios de gobierno se enteran de sus desmanes de compañeros de coalición por la propia prensa. Más de 1.600 viviendas sin licencias, carreras ilegales en las proximidades del Cementerio Municipal, zonas de botellón desmadradas, el sector hostelero en pie de guerra por las decisiones unilaterales sobra las zonas de aparcamiento nocturno, el mundo fallero en tensión permanente, unos presupuestos municipales donde el área que más aumenta es el capítulo de nóminas.

También aumenta la limpieza, pero porque es inadmisible el estado deplorable de la ciudad. Un caos permanente que lo único que indica y como bien decía el señor Roca es el gobernar sin proyecto y trabajando siempre a remolque de la realidad que te marca el día a día. Podríamos también hablar del Ayuntamiento de Alicante , donde el alcalde socialista, imputado, se niega a dimitir y llevando el acuerdo con Podemos y Compromís al límite. Fuera imputados, mientras estoy en la oposición, y retorcerse en el sillón cuando los imputados son míos... Qué sabias las palabras de Raymond Aron , no entro en política, porque quiero entender.