Tribunales
Condenan a un padre por abusar sexualmente de dos de sus hijas que sufren retraso mental severo
Una de las víctimas de las agresiones de su progenitor es menor de edad
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a un hombre a siete años y medio de prisión por abusar sexualmente de dos de sus hijas que padecen retraso mental severo, una de ellas menor de edad.
La sala le condena por dos delitos continuados de abuso sexual y le impone la prohibición de acercarse a sus hijas a menos de 500 metros o comunicarse con ellas por un periodo de siete años y medio respecto a una de ellas y de 10 años en el caso de la menor. Además, deberá indemnizar a cada una con 6.000 euros por los daños morales y perjuicios causados. El tribunal le absuelve de un delito continuado de abuso sexual que le imputaba el ministerio fiscal.
La sentencia, hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, considera probado que el acusado en los meses anteriores a mayo de 2013 convivía con su hija desde que alcanzó la mayoría de edad y dejó de acudir como interna en un centro de educación especial, y a dicho domicilio acudía los fines de semana otra hija, menor, y que durante la semana permanecía también interna en un centro.
La hija mayor de edad padece un retraso madurativo que le supone una retraso mental moderado-severo , que en el momento de los hechos la acercaba a una edad mental de aproximadamente seis años, por lo que fue declarada incapaz. Así mismo, la otra hija padece un retraso mental moderado de etiología no filiada, y se formalizó unacogimiento familiar permanente de la menor con una hermana.
Así las dos víctimas están afectadas de una deficiencia psíquica severa que les impide la comprensión e internalización de conceptos abstractos y presentan ambas una dificultad de expresión verbal, formalización y ejecución de proposiciones y noción del tiempo.
Según la sentencia, el procesado, valiéndose "maliciosamente" del déficit mental de su hija mayor de edad la convenció para quehabitualmente durmiera con él y en su sola compañía en la misma habitación, donde la agredía sexualmente.
De igual forma, el acusado, con ocasión de las visitas que su otra hija -en ese momento menor de 13 años-, hacía al domicilio familiar los fines de semana, en más de una ocasión, pero sin que se haya podido concretar su número preciso, le pidió que le acompañaraa la habitación donde también la agredía sexualmente.
A consecuencia de estos hechos esta menor sufrió un moderado coste psicológico con retraimiento, ansiedad durante la noche, apatía, tristeza e interferencias en su desarrollo psicosocial.
