María José Mira* - Altura de Mira

La Comunitat, tras la tormenta

«El juicio de la "trama Gürtel" proporcionó una demostración irrefutable de que no solo fueron unos trajes los que empañaron la imagen de Camps»

Pérez, Crespo y Correa, en el juicio de la trama Gürtel este viernes ante la Justicia ABC

El juicio de la ‘trama Gürtel’ proporcionó ayer una demostración irrefutable de que no sólo fueron unos trajes los que empañaron la imagen de Francisco Camps. Los empresarios confirmaron que se pagaban insultantes mordidas para financiar al PP y los principales acusados describieron, ya ante el juez, que el ex presidente no sólo era conocedor sino que, desde su alta posición, movía los hilos para que el complot de la corruptela anidara en toda la gestión de la Generalitat Valenciana. La incógnita de la X ha quedado desvelada.

Esta podredumbre ha provocado una enfermedad en el sistema que deberemos pagar durante muchos años.

La Secretaría Autonómica de Modelo Económico y Financiación se erige en una atalaya que permite aflorar desmanes del legado de la mala gestión. Y ocupándola, he podido descubrir que entre las herencias recibidas del anterior gobierno autonómico, se ocultaban cientos de millones de euros de todos los valencianos y valencianas enterrados en proyectos mal planificados, sin resolver o, incluso, con sanciones millonarias producidas por una irregular administración del dinero público . La Nave de Talleres de Sagunt sólo ha sido un caso más a añadir a otros como Ciudad de la Luz, Terra Mítica, Parc Sagunt o las obras de de Ferrocarrils para la T2. Cuanto más carpetas se abren más tropelías se hallan.

La complicada situación encontrada en el sector público de nuestra Comunitat es otro de los regalos envenenados que nos dejó el PPCV. Una afirmación que puedo avalar si se asume que provengo del sector privado puro y duro y no del mundo de la Administración Pública o la Universidad. A mi llegada, no sólo me encontré, pues, con infinidad de problemas de difícil resolución, sino que los medios para poder resolverlos eran míseros .

A pesar de presagiar que la gestión que iba a asumir presentaba un panorama desalentador, con contratiempos y dificultades añadidas, decidí formar parte de ese equipo de gobierno de Ximo Puig que se puso manos a la obra desde el minuto cero. Lo dijimos en campaña. No había días de asueto. No veníamos a aprender nada. No había tiempo que perder. El objetivo era claro. Resolver problemas, salvar proyectos, recuperar el dinero de los valencianos y las valencianas y, sobre todo, cortar por lo sano la sangría ocasionada.

El erario valenciano estaba herido de muerte. La sociedad valenciana estaba acomplejada, frustrada y decepcionada con la política valenciana. Y el president lo tenía claro. Teníamos una oportunidad única los socialistas, y los que formábamos parte del proyecto de los socialistas valencianos, asumimos la empresa de demostrar que sí se podía. Se podía gestionar para las personas. Se podía optimizar los recursos y se podía recuperar la dignidad y confianza en la política.

Personalmente no tenía proyecto político. Yo sólo sabía, ahora hace tres años, que no podía darse más pábulo a las políticas de nepotismos y corrupción. Ya estaba bien de mofarse de la sociedad valenciana. De sus empresas, de sus personas más débiles, de sus referentes, de su cultura, de su educación, de sus medios de comunicación, del futuro de sus hijos e hijas, de su presente, de sus generaciones pasadas y de las futuras.

Yo sólo me sumé a un proyecto que reivindicaba que nuestras empresas tienen derecho a tener las mismas oportunidades que el resto de firmas del mundo y tienen derecho a competir en igualdad de condiciones. Un proyecto que defiende que nuestros profesionales disponen el mismo derecho de igualdad. Un proyecto que lucha para que las personas, tanto de la Comunitat Valenciana como de otras regiones, no sean consideradas personas de segunda o de tercera.

Hoy, tres años después de aquello , el aire que se respira en nuestra Comunitat es diferente. Son muchos los retos que todavía tenemos por delante y muchos los proyectos que desenterrar y hacer viables. Somos referentes ya en grandes proyectos. El cambio se nota. Gobierno y sociedad civil vamos de la mano, sin complejos, unidos. Y damos ejemplo, a la sociedad española, a la europea y al resto del mundo. Una vez identificado el cáncer de la corrupción, con nombres y apellidos, hay que iniciar nuevos proyectos con sensatez y seriedad y llevarlos a buen puerto.

*María José Mira es secretaria autonómica de Modelo Económico y Financiación de la Generalitat Valenciana.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación