Una Comunitat movilizada

Llevamos los valencianos unos días más que movilizados. En mi anterior columna comenté que “viejas estrellas del rock” lideraban una marcha identitaria, para recordar, porque creo que la inmensa mayoría de los valencianos ya lo saben, que en la Comunitat Valenciana somos valencianos y españoles. La marcha reunió tan solo a 15.000 valencianos, tanto por las horas como el hecho en sí de la reafirmación identitaria, que salvo a los más militantes, la sociedad civil normal lo tienen tan claro, y no vive, con ningún riesgo “invasor”.

Este fin de semana la sociedad civil valenciana, junto a la sindical, la empresarial y la práctica totalidad de la política salieron a la calle a reclamar una financiación justa para los valencianos. Las cifras según la organización hablan de 60.000 valencianos, la Delegación del Gobierno habla de 17.000 pero claro, ellos trabajan para el Ejecutivo, al que se le recrimina la revisión del sistema actual.

Dos semanas se podía decir que “callejeras”, donde desde entidades tan diversas hemos querido reafirmarnos en quienes somos y lo pobres que somos. No está nada mal. Armar ruido nunca está de más, y el popular refrán dice que el que llora no mama .

Hablaba que la manifestación por la financiación contaba con la adhesión de la práctica totalidad de las fuerzas políticas, todas menos el partido mayoritario, que en un sprint de justificación por su ausencia, bajo la premisa que la financiación se trabaja desde los despachos y no desde la pancarta, mantuvo encuentros hasta con 3 ministros en menos de cinco días; Montoro, Bañez y De la Serna . Lo cómodo hubiera sido acudir a la manifestación, pero parece que tampoco se está en un buen momento de molestar a los “jefes”. A Bonig ya le cortaron las alas después de los resultados electorales de 2015 al intentar regionalizar el proyecto popular hasta incluyendo la posibilidad de un cambio de siglas, al más puro estilo UPN en Navarra.

El discurso de que toda la culpa del modelo de financiación valenciano es de ZP se puede desmontar de manera fehaciente cuando el propio Rajoy ya está en su segunda legislatura , y en la primera no era un tema primordial para su proyecto político, ni lo tenía encima de la mesa. Al final los dos principales partidos de gobierno no pueden perder ni un minuto en echarse los trastos el uno al otro a ver quién tiene más culpa. Juego de niños. Además un director de uno de los principales diarios valencianos, argumentaba en su editorial dominical, que el FLA con el que el Estado paga las facturas autonómicas evidencia que sí hay más dinero para un reparto territorial.

La sociedad civil y empresarial está concienciada y movilizada , y si no que se lo digan a la campaña de AVE de #quierocorredor. Eso quiere decir que hay orgullo y esperanza .

Por último felicitar a la última movilización ciudadana que se produjo el domingo 19 por la calles de la Capital del Túria con la Maratón de Valencia. Una ciudad volcada, con más de 6000 corredores extranjeros, y con la promesa de su impulsor Juan Roig de convertir a Valencia en el mejor maratón de Europa. Cultura del esfuerzo, sin duda.