Cataluña

Quim Torra, un presidente tutelado

El nuevo candidato a la presidencia de la Generalitat, que todavía no tiene asegurada su investidura, llega tras un rosario de nombres y con un margen de maniobra limitado voluntariamente por su predecesor

Vídeo: Quim Torra, el brazo duro de Puigdemont / Foto: Quim Torra con los portavoces de Junts per Catalunya en el Parlament INÉS BAUCELLS / Vídeo: ATLAS

M.VERA

El expresidente Carles Puigdemont no le pondrá las cosas fáciles a su sucesor, Quim Torra, quien -previsiblemente- será elegido este lunes si supera el debate de investidura que empezará mañana. Torra tiene claro que la suya será una legislatura «sui géneris», tanto en el fondo como en la forma, marcada por la bicefalia que quiere imponer el exalcalde de Gerona para no desaparecer de la vida política catalana .

Este jueves Puigdemont dio un paso al lado y anunció el nombre de Quim Torra, un independentista del ala más radical , como su sustituto el frente del Govern. Sin embargo, el expresidente es consciente del riesgo que supone tener a alguien ocupando su lugar en la Plaza Sant Jaume y se ha esforzado en desdibujar el cargo del nuevo «molt honorable». «A nadie se le escapa que comenzamos un período de provisionalidad» , señaló a modo de aviso a navegantes el propio Puigdemont al anunciar el nombre de Torra.

Torra llega a la rampa de salida para presidir el Govern coartado por varios elementos. En primer lugar, su nombre ha sido elegido tras un rosario de quinielas en las que prácticamente uno de cada tres diputados de su grupo parlamentario , Junts per Catalunya, ha sonado en algún momento como potencial presidenciable. Asimismo, su figura es prácticamente desconocida en Cataluña a pesar de haber presidido fugazmente la todopoderosa entidad independentista Òmnium Cultural. La polémica con sus tuits etnicistas tampoco le ha ayudado a labrarse una buena imagen.

Por otra parte, el nuevo presidente deberá compaginar el alto rango institucional y protocolario de su flamante cargo con la intención de Puigdemont de no desaparecer de la escena política catalana . En este sentido, fuentes parlamentarias apuntan que la dinámica del nuevo Ejecutivo autonómico dará un cierto protagonismo al expresidente cesado. No en vano, Puigdemont ha diseñado un «Consell de la República» a su medida para poder pilotar el porvenir de la política catalana desde el exterior. «La existencia de un Consejo para la República que se pueda expresar en libertad debe contribuir a desarrollar el mandato del 1 de octubre», explicó al anunciar el nombre de Torra.

Presidente diluido

Lo cierto es que la pretensión de diluir la figura y el estatus del Molt Honorable deberá contar con el sometimiento voluntario del nuevo President, que en el fondo, será quien tenga el poder de decisión real. Asimismo, en las últimas horas, varias informaciones periodísticas señalaban que la intención de coartar el margen de maniobra al nuevo presidente llegaba al punto de prohibirle el uso de las dependencias más «nobles» de la Generalitat , extremo que desde Junts per Catalunya se esfuerzan en negar, pero que dan una idea del bajo perfil que el entorno de Puigdemont quiere dar al presidente que ellos mismos han impuesto a los catalanes.

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