GUÍA MICHELÍN

Las estrellas son generosas con Barcelona

Las tres estrellas del Abac y las dos de Dos Cielos encumbran a la capital catalana como ciudad gastronómica por excelencia

Jordi Cruz celebra la tercera estrella del Abac EFE

ANA LUISA ISLAS

A finales de 2013, tras la adjudicación de la tercera estrella Michelin para el restaurante DiverXo en Madrid, Jordi Cruz, enfadado por no haber conseguido tal reconocimiento para Abac, declaró a Catalunya Rádio que la guía es «muy seria», pero que a veces hay «factores sociales y políticos que tienen cierta influencia». Una de dos, o la guía pasa de la política o este año ha querido conseguir lo que los políticos no han podido: hacer que España se una. Todo, claro, gracias a la cocina. En un ambiente de cordialidad y unión se vivió la noche del miércoles la gala de la nueva guía Michelin en Tenerife, en la que Barcelona alcanzó las 31 estrellas. Los asistentes y quienes la siguieron desde casa se regocijaron por el número de estrellas asignadas al territorio español. Ya lo habían avanzado hace un par de semanas los responsables de la guía: «Es un año muy bueno para España». En cuestión de estrellas, sin duda lo es.

Cruz, tras años de esfuerzo y quinielas perdidas, consiguió por fin la tercera presea para su restaurante del hotel del mismo nombre, en la zona alta de la ciudad. Además, Disfrutar, de los chefs Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas, alcanzó las dos estrellas. Dos Cielos, de los hermanos Torres, en el hotel Meliá Barcelona Sky, se hizo también con dos galardones. Para Sergio Torres, la segunda estrella les da «tranquilidad». «Estamos muy contentos, pero también estamos muy tranquilos porque quiere decir que el trabajo que hemos estado haciendo todos estos años, enfocado en el cliente y no en las estrellas, está dando frutos», explicó ayer Torres a ABC.

Por su parte, uno de los favoritos de la guía, Albert Adrià, se adjudicó una nueva estrella y refrendó las que ya tenía. El nuevo local galardonado es Enigma, que cumplirá un año de haber abierto en enero. El hermano del chef más famoso del mundo consiguió una estrella más para El Barri Adrià, el proyecto de restaurantes que regenta junto con los hermanos Iglesias en el Poble Sec y Sant Antoni: Enigma (*), Tickets (*), Pakta (*), Hoja Santa (*) y Bodega 1900. Para el chef, «es el primer paso de muchos». «Para tener dos estrellas, necesitamos ganar una», bromeó ayer en conversación telefónica con ABC. «Espero que sigamos cosechando frutos, para el equipo, que viene conmigo desde 41º, este reconocimiento es muy importante», agregó.

Romain Fornell, quien tenía en duda la conservación de la estrella tras el traspaso de su restaurante Caelis, del tradicional Hotel Palace al moderno Ohla de la Via Laietana, también ha celebrado por todo lo alto el esfuerzo de su equipo para mantenerse en el gusto de los inspectores de la guía. Los demás restaurantes de la provincia de Barcelona anteriormente reconocidos han conservado sus distinciones, salvo dos que han cerrado: Céleri y Capritx. El Céleri, de Xavier Pellicer, que permanece cerrado desde mediados de septiembre, con intención de abrir en otro local tras su ruptura con Tribu Woki, tendrá que volver a trabajar para lograr la estrella. Así también Capritx, en Terrassa, del chef Artur Martínez, que cerró en agosto para «moldear el proyecto», con previsiones de apertura en enero de 2018. Martínez anunció cambios en el restaurante tras la tan sonada batalla que libró contra Tripadvisor en junio de este año. En Cataluña, fuera de Barcelona, el restaurante del Castell de Peralada, debutó también con una estrella.

El miércoles, en el galardón de la guía francesa, Jordi Cruz prefirió no hablar de política y aseguró que «nos hemos quitado una espina». Sin embargo, Sergio Torres, por su parte, puntualizó que «después del año que hemos pasado, son necesarias las estrellas, la ilusión y todo lo que pueda ayudar a generar confianza en las empresas para que sigan apostando por esta ciudad que siempre sale adelante, pase lo que pase».

«Que Barcelona tenga dos tres estrellas Michelin nos beneficia a todos los barceloneses» , agregó Albert Adrià entusiasmado en declaraciones a este diario. Desde el miércoles, sin duda, Barcelona deja atrás la mala racha y continúa encumbrándose como ciudad gastronómica por excelencia a nivel mundial.

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