Unos visitantes observan unos retratos de Francesc Smith, Isaac Smith y Mónica Marí en el MNAC de Barcelona,
Unos visitantes observan unos retratos de Francesc Smith, Isaac Smith y Mónica Marí en el MNAC de Barcelona, - EFE

Ismael Smith, un «enfant terrrible» grotesco y satírico en el MNAC

El museo barcelonés dedica una completa exposición al escultor, pintor y dandi

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El diplomático Enrique García-Herráiz y su mujer pasean por las salas de la exposición de Ismael Smith en el MNAC. Nadie mejor que él conoce las aventuras y desventuras que ha vivido el legado de este artista que nació en una familia acomodada de Barcelona en 1886 y murió olvidado en un sanatorio mental en Nueva York en 1972.

«Yo conocía a su hermano Paco, que un buen día me regaló muchas obras de Ismael porque nadie estaba interesado en ellas -recuerda García Herráiz-. No fui su albacea, pero casi. Me ocupé de la documentación y busqué instituciones que estuvieran interesadas como el MNAC, el Reina Sofía, la Biblioteca Nacional y el museo de Arte de Cerdanyola». De aquel trabajo laborioso nace el proyecto de esta exposición que abarca toda la trayectoria del escultor, ilustrador, diseñador, pintor, grabador y dandi.

Máscaras de cerámica, expuestas en el MNAC de Barcelona
Máscaras de cerámica, expuestas en el MNAC de Barcelona - EFE

«Smith fue famoso en Cataluña durante los primeros años de su carrera, de 1903 a 1919, después se marchó a vivir a Estados Unidos y donde tuvo la mala suerte de que su apellido era muy común en esas tierras. Le costó mucho despuntar y sólo se hizo un hueco como exlibrista», puntualiza Josep Casamartina y Parassols, comisario de la muestra. Pero siempre fue un «enfant terrible», añade Pepe Serra. «Su bis expresionista y grotesca y su ambigüedad sexual no encajaba con el clasicismo y academicismo de la época».

Un artista total

«Él quería ser un artista total, quería hacer arte incluso con su físico», subraya García-Herráiz. Una de sus obsesiones a lo largo de su vida profesional fue Don Quijote y por ende Cervantes. «Unió a Cervantes y Don Quijote en uno», concreta el comisario. De los muchos dibujos que hizo del hidalgo caballero destacan los bocetos que hizo para participar en un concurso de una escultura de Don Quijote en la plaza de España de Madrid. «No ganó aquel concurso como tampoco llevó a cabo el monumento a Milà i Fontals que había empezado pero que fue derrumbado para empezar un nuevo grupo escultórico de otro artista».

Fue adorado por Eugeni D’Ors, Josep Pijoan y Francesc Cambó y cultivó amistad con Enrique Granados a quien escribió sucesivas cartas desde el sanatorio para que le rescatase. Casi todo en él era curioso, desde su pasión por el flamenco y los toros (veremos un retrato suyo vestido de torero) hasta su obsesión por el personaje de Salomé del Nuevo Testamento. Smith, el gran desconocido.

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