«Frankenstein», la aceptación del monstruo

La directora Carme Portacelli revisa el libro de Mary Shelley con Joel Joan y Àngel Llàcer

Llàcer y Joan, durate un momento de la representación DAVID RUANO

MARÍA GÜELL

El creador y su criatura. La directora Carmen Portacelli se atreve a revisar a «Frankenstein» de la mano de Àngel Llàcer y Joel Joan y lo hace con una nueva versión de Guillem Morales. Joel Joan, más acostumbrado a hacer de galán , aceptó el papel de Frankenstein y reconoce que ha sido un trabajo muy duro: «Su búsqueda por ser aceptado es una búsqueda maravillosa. La criatura lo tiene todo para aprender y nos hace de espejo y reflejo». Llàcer que se mete en la piel de Víctor Frankenstein también se enfrenta a un papel muy diferente a los que está acostumbrado. Ni Joan ni Llàcer habían leído el libro de Shelley. Por su parte, Morales reconoce que le seducía mucho tener juntos en escena al creador y a la criatura juntos.

Para que nadie se asuste, Portacelli subraya que «es u na historia preciosa, una reflexión sobre el ser humano, fiel a la novela pero diferente». Guillem Morales se centra en el viaje inverso que realizan el egocéntrico Dr. Víctor Frankeinstein y su criatura.

«Su recorrido será de la oscuridad a la luz. Es rechazado por diferente pero aprende a caminar, hablar, leer, sentir y amar», añade Portacelli. Su gran aliado será De Lacey, papel que interpreta Lluís Marco. Completan el reparto Magda Puig (Ellisabeth), Albert Triola (Henry), Pere Vallribera (William) y Alba de la Cruz (compañera). Morales avanza que el montaje empieza con la creación de Frankenstein «porque es muy importante resaltar ese vínculo entre él y su criatura». Por otra parte, destaca el miedo y el rechazo hacia el otro, el desconocido, el diferente.

La acción se sitúa en la época de Shelley, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando la sociedad se preguntaba por el progreso. Una caja enorme acoge este gran experimento; la luz y las proyecciones consiguen un espacio que oprime, un espacio hermético. La intención de la escenografía es recrear las atmósferas reales y poéticas. Xavier Albertí, director del TNC, reconoce que esta función ha creado mucha expectativa: «En el TNC está previsto que recale hasta el 25 de marzo y después se irá de gira por once localidades catalanas».

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