Vista del tríptico «La esperanza del condenado a muerte I, II y III», de 1974
Vista del tríptico «La esperanza del condenado a muerte I, II y III», de 1974 - EFE

Esplendor de la Fundación Miró en su 40 aniversario

El espacio reordena su colección tal y como la idearon Joan Miró y Josep Lluís Sert

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Renovar o morir. «Un centro de arte contemporáneo debe renovarse -destaca Rosa Maria Malet, directora de la Fundación Miró-. Y la celebración del cuarenta aniversario es una excusa perfecta para ofrecer una aproximación más poliédrica del artista catalán».

Tras unos días con el cartel de cerrado por obras, la Miró abre hoy sábado 9 de abril sus puertas de par en par. A partir de ahora el visitante verá una exposición estable de la colección que inunda la zona noble del museo y las muestras temporales, como la de Ignasi Aballí, último Premio Joan Miró, que se inaugurará en junio, ocuparán el piso superior.

«Nuestra intención es establecer diálogos entre las obras y el edificio que Sert hizo para su gran amigo Miró», desvela Malet que cree que todos los rincones de esta estructura racionalista con rasgos mediterráneos son idóneos para explicar al pintor catalán.

«Este nuevo relato cuenta con nuevos depósitos que ha hecho la familia Miró y también la integración de las piezas del coleccionista Kazumasa Katsuta», desvela Malet.

Un fotógrafo ante la obra «Pájaros al amanecer», de 1970,
Un fotógrafo ante la obra «Pájaros al amanecer», de 1970, - EFE

Ciento cincuenta obras se despliegan en ocho ámbitos que recogen los aspectos que marcaron la investigación creativa del artista. Abre el recorrido «Tierra» con especial énfasis en los paisajes de Mont-roig y Tarragona; la tierra fue protagonista de forma transversal en toda la obra de Miró. En esta primera sala, entrando a la derecha, descubrimos «Retrato de una niña» (1919), un delicioso óleo sobre papel, que ya estuvo en esta sala hace unos años. Esta «niña» fue una donación de Joan Prats, amigo íntimo de Miró, que le ayudó mucho cuando decidió montar la Fundación.

Capillas a medida para los murales

Miró le encargó a Sert dos capillas para exponer sus pinturas murales más significativas. «La esperanza del condenado a muerte I, II, III» y «Pintura sobre fondo blanco para la celda de un solitario I, II, III» recuperan su lugar original. «El público podrá contemplar estos trípticos de forma majestuosa», explica Malet que cree que la obra mironiana necesita tiempo y reflexión para conocerla.

La Fundación tiene para este año un presupuesto de 8,3 millones de euros; de los cuales consigue autofinanciarse en un ochenta por ciento. El trece por ciento procede de ingresos de administraciones públicas (Generalitat, Ayuntamiento y Ministerio de Cultura) y el resto proviene de patrocinadores privados. En concreto, el proyecto «Joan Miró. Col.lecció» ha contado con una inversión de 900.000 euros.

Por último, un detalle simpático de este cuarenta aniversario, es la publicación de un álbum con una colección de cromos con las obras más emblemáticas de la exposición permanente que se puede conseguir en la fundación, en las bibliotecas y en el bar de la cervecera Moritz.

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