World Press Photo

El fotoperiodismo «ético, serio y responsable» se cita en el CCCB

Una exposición reúne en Barcelona 137 fotografías premiadas en el World Press Photo 2018

El fotógrafo venezolano Ronaldo Schemidt, junto a la imagen ganadora del World Press Photo AFP
David Morán

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El 3 de mayo de 2017, la cámara de Ronaldo Schemidt se cruzó en Caracas con el cuerpo envuelto en llamas de José Víctor Salazar, un joven de 28 años al que el chorro de gasolina de una moto de la Guardia Nacional Bolivariana transformó en antorcha humana y, meses más tarde, en protagonista involuntario de la imagen ganadora del World Press Photo. «El hombre en llamas no está solo: representa también la idea de una Venezuela incendiada», destacó en su momento Whitney C. Johnson, director de fotografía de «National Geographic» y miembro del jurado del prestigioso galardón.

Fotografías de Juan Barretto en la exposición Efe

Para Schemidt, sin embargo, ese fragmento de las protestas contra Nicolás Maduro no es más que un ejemplo de oficio en estado puro; una imagen capaz de hablar por sí sola y demostrar que el fotoperiodismo «ético, serio y responsable sigue vive y es más necesario que nunca». «Nosotros estamos en la calle contando historias. No lo hacemos para ganar premios, estamos reflejando la cotidianeidad. Uno no se pone a pensar en premios cuando lo que le pasa por delante es sufrimiento humano», destaca Schmeidt, de visita en Barcelona para asistir a la inauguración de la exposición que reúne en el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) las fotografías ganadoras del certamen internacional de fotoperiodismo.

Así, bajo lema «Ver y entender», la muestra reúne 137 fotografías que, según el director del CCCB, Vicenç Villatoro, «explican la agenda del presente y aportan herramientas para la reflexión». De hecho, tal y como apunta la comisaria y responsable de exposiciones de World Press Photo, Babette Warenfornd, uno de los criterios que más valora el jurado es que, además de una muy buena estética, las historias tengan «una historias detrás». O, según el caso, también la lado, como ocurre con las imágenes del también venezolano Juan Barreto que completan con diferentes perspectivas la misma protesta que capturó Schemidt.

Una de las imágenes galardonadas EFE

Con la convicción de que, como apunta Villatoro, el fotoperiodismo «es más necesario que nunca» en estos tiempos, la exposición, que podrá visitarse hasta el 27 de mayo, recorre continentes y países para mostrar el éxodo rohingya en Birmania, el conflicto bélico de Mosul, el atentado yihadista en el puente de Westminster de Londres y las protestas raciales de Charlottesville, aunque también tiene ojos para dramas menos conocidos como el que sufren las prostitutas rusas o el «planchado» de pechos al que se someten algunas jóvenes de Camerún para retrasar la madurez y prevenir las violaciones.

Destaca también la serie « Latidoamerica», con la que el fotógrafo vasco Javier Arcenillas se ha pasado nueve años retratando el rastro de la violencia en Latinoamérica y por la que ha sido galardonado en la categoría de Proyectos a Largo Plazo. «Claro que me gustaría hacer imágenes alegres, pero me dedico a contar historias de personas que necesiten que contemos sus historias; trabajamos con la realidad», subraya Arcenillas.

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