La tasa de ingresos psiquiátricos se dispara entre los niños sin recursos

El nivel socioeconómico de las familias impacta, y mucho, en la salud de las personas. Así lo apuntan los resultados de un informe elaborado por Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña (AQuAS) y presentado ayer por el consejero de Salud de la Generalitat, Antoni Comín.

Según el estudio, el primero que analiza estas desigualdades con datos individuales de toda la población de Cataluña y no con datos procedentes de encuestas, revela, entre otras cosas, que las niñas procedentes de familias desfavorecidas tienen cuatro veces más de riesgo de sufrir una enfermedad grave; que las personas que pertenecen a estos estratos presentan una probabilidad cuatro veces mayor de morir antes de los 65 años y, además, son más propensas al suicidio.

Del trabajo se desprende también que las personas con menos recursos presentan más hospitalizaciones por causa psiquiátrica, más hospitalizaciones evitables, y un mayor consumo de fármacos. Sin embargo, el uso de los servicios de asistencia primaria y de las urgencias es similar entre las personas que proceden de diferentes estatus. Uno de los datos más preocupantes del informe es que estas desigualdades fruto del estatus socioeconómico marcan la salud durante los primeros años de vida.

Consumo de psicofármacos

Así, las niñas y los niños de familias con un menor nivel socioeconómico, las que han agotado el subsidio de paro o perciben una renta mínima de inserción, presentan cuatro y 2,8 veces más, respectivamente, de probabilidades de sufrir patologías graves que los niños y niñas de familias con rentas superiores a los 100.000 euros anuales.

Del mismo modo, la tasa de hospitalización psquiátrica de un niño con pocos recursos es casi siete veces superior a la de uno de una familia con recursos. Por lo que respecta al consumo de psi cofármacos, la probabilidad es de 3,4 veces superior en los niños de padres con recursos escasos.

El análisis de AQuAS relaciona también el estado de salud con las pensiones. En este sentido, apunta que la tasa de hospitalización evitable es entre 8 y 9 veces superior entre las personas con pensiones no contributivas respecto a las que cobran más pensión. Asimismo, los pensionistas de entre 55 y 64 años tienen peor salud, utilizan más servicios sanitarios y toman más fármacos que las personas activas.

Las desigualdades de género están presentes, según el estudio, en todas las edades y en todos los niveles socioeconómicos. En este sentido, apunta que en las mujeres se experimenta una mayor atención en centros de salud mental y un mayor consumo de psicofármacos, mientras que los hombres presentan una tasa más elevada de mortalidad, más casos de alta complejidad y de hospitalización evitable.

Otras conclusiones del estudio son que: las personas con un menor nivel socioeconómico tienen una probabilidad cuatro veces mayor de morir antes de los 65 años y que los hombres de 65 años de este mismo nivel tienen una probabilidad tres veces superior de morir por suicidio.