Rajoy asume el 21-D como un servicio a España, no al PP

No trastocará el guión de la legislatura pero deberá calmar nervios entre los suyos por Ciudadanos

Mariano Rajoy, en el mitin cierre de campaña del PP Ángel de Antonio
Itziar Reyero

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Mariano Rajoy afronta con resignación los malos resultados que todos dan a su partido en las elecciones en Cataluña, donde el PP no ha sabido rentabilizar la aplicación del 155; al contrario, se beneficiará su inmediato rival, Ciudadanos. El presidente del Ejecutivo está convencido de que hubiera arrasado en unos comicios generales en lugar de unas autonómicas en Cataluña donde su partido siempre ha sufrido, pero asume su gestión del 155 como un sacrificio al bienestar de Cataluña y de España, sin cálculos partidistas. «Hicimos lo que debíamos» , repite a quienes le cuestionan si tal vez no hubiera sido mejor aplazar las urnas para apuntalar la labor del Estado y dejar reposar el suflé separatista. Desde el Gobierno razonan que aunque al PP le vaya mal, Rajoy fía hoy sus expectativas a que la «mayoría silenciosa» se haga visible en las urnas en Cataluña y que el bloque constitucionalista gane hoy al independentismo para poder poner final definitivo al proceso separatista y abra una nueva era política. La victoria de Inés Arrimadas será la de toda España , aunque en Génova aprieten los dientes ante el avance de quien le disputa el mismo nicho electoral.

El efecto rebote de Cs

El crecimiento de los de Albert Rivera preocupa entre los barones regionales del PP , que ven cómo Ciudadanos les arrebata algunas banderas electorales, incluido el 155, y temen que una victoria naranja en Cataluña tenga efecto contagio en otras comunidades. En la dirección nacional, en cambio, niegan que ese efecto sea «mimético» ni inmediato, sobre todo porque las autonómicas serán en 2019 y puede que Arrimadas ni gobierne.

Rajoy ya sabe que si el PP se descalabra en las urnas, como le dan algunas encuestas, arreciarán las voces, sobre todo mediáticas, que pedirán su dimisión o que convoque elecciones generales porque, avisan, España necesitará un Gobierno fuerte si los independentistas siguen al frente. Pero el presidente ya ha dejado claro que seguirá hasta 2020 y se volverá a persentar.

El Gobierno no teme que el 21-D tenga un impacto directo sobre su política de pactos en el Congreso. Al contrario, el PNV está esperando a que se constituya el nuevo Govern para poder reanudar sus negociaciones para los Presupuestos. Tampoco creen que Ciudadanos vaya a desestabilizar la legislatura, buscando el contagio de su éxito electoral en Cataluña. «Lo pagarían caro», advierten en Génova, que hoy reúne a sus barones para aplacar nerviosismos y llamar a la unidad.

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