El poder discrecional de presidir el Parlament

Votar la declaración de independencia habría sido imposible sin el apoyo de Carme Forcadell

Forcadell, en el Parlament, durante la pasada legislatura INÉS BAUCELLS

À. GUBERN

Ni es una figura decorativa ni la neutralidad se le supone. Cuando a Carme Forcadell , filóloga de profesión sin ninguna experiencia jurídica, la colocaron de presidenta del Parlament en la pasada legislatura, muchos ya denunciaron lo que se anticipaba como una presidencia de parte .

Soldado del independentismo, en el breve periodo que ejerció cumplió con creces el encargo encomendad, y llegadas las sesiones decisivas del 6 y 7 de septiembre (aprobación de la ley del Referéndum y de Transitoriedad) y del 27 de octubre (proclamación de la «República catalana» ), demostró que para arrasar con cualquier atisbo de neutralidad se debe contar con alguien dispuesto a hacer el trabajo sucio. Retorció el reglamento , ignoró las recomendaciones de los letrados de la cámara y pisoteó los derechos de la oposición. La pusieron para eso, y cumplió con creces. Será juzgada por ello.

El precedente de Forcadell explica la razón de la importancia que otorgan los grupos a la elección del presidente de la cámara, y la pretensión -asumiendo de que se trata de una aspiración imposible ante la mayoría independentista- de Cs de reclamar ese cargo como partido más votado.

Sobre el papel, el reglamento delimita con claridad las capacidades del presidente: «Ostenta la representación de la cámara; establece y mantiene el orden de las discusiones y dirige los debates con imparcialidad y atento al respeto debido al Parlamento; cumple y hace cumplir el Reglamento , y ejerce todas las demás funciones que le confieren el Estatuto de autonomía de Cataluña, las leyes y el presente reglamento».

No obstante, y como se vio durante las sesiones negras del 6 y 7 de septiembre, el margen de discrecionalidad es muy elevado , en tanto que se reserva a la presidencia la última palabra en la interpretación del reglamento.

Como explicaba a ABC el «candidato» que presentaría Cs a la presidencia de la cámara, José María Espejo Saavedra , en el «día a día» se adoptan muchas decisiones por unanimidad por ser cuestiones de «trámite ordinario». Por contra, durante los plenos, como en la pasada legislatura, la presidencia autorizó debates y votaciones en contra del Consejo de Garantías Estatutarias y el criterio de la secretaría y los letrados. Pisoteando lo que hiciese falta. Forcadell, al menos, ha dicho que no quiere repetir.

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