Oti Rodríguez Marchante - Barcelona al día

Inhabilitados, apocalípticos, integrados e incapacitados

El paisaje, pues, es dantesco para la sociedad catalana durante los próximos meses, con el timón en manos de desobedientes no prevaricadores y prevaricadores obedientes

Oti Rodríguez Marchante
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El Tribunal Supremo ha dictaminado que Francesc Homs es desobediente, pero no prevaricador, y por ello le condena a un año y un mes de inhabilitación para cargo público. Más o menos, en la misma línea que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña con Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega, también señalados como desobedientes pero no como prevaricadores. Y todo ello, al mismo tiempo que el Parlamento catalán da luz verde, dentro de las partidas presupuestarias para este año, a garantizar fondos del dinero público para que se aborde el próximo referéndum secesionista, desoyendo las advertencias del Consejo de Garantías Estatutarias sobre los efectos legales de pasarse otra vez por allí mismo al Tribunal Constitucional. Tampoco les ha merecido atención a los fraguadores del nuevo intento de golpe de Estado las consideraciones en contra de los letrados de la Cámara, que ya están buscando un agujero en el que meterse.

El paisaje, pues, es dantesco para la sociedad catalana durante los próximos meses, con el timón en manos de desobedientes no prevaricadores y prevaricadores obedientes, y luego, claro, los de la CUP, que ya sólo quieren una fecha para disfrutar del lío. Ya lo ha dicho esa diputada cupera llamada Eulàlia Reguant, que esperan una intervención policial que impida el referéndum, que viene a ser como enseñarle el muslo al perro y esperar a que te muerda para poder llorar a gusto. Un paisaje dantesco convenientemente tuneado por el aparato de TV3 y compañía (impresionante el artículo publicado ayer en «El País» por Ignacio Martín Blanco, colaborador político de la cadena pública, en el que denuncia los manejos progolpistas).

Lo ideal, lo democrático, lo socialmente práctico sería que la solución a este «cul de sac» en el que les gusta vivir a los independentista viniera de aquí, de la propia sociedad catalana, que se percatara de que todos sus políticos secesionistas están inhabilitados para llevarla a ningún sitio; no sólo a toda esa rémora que va inhabilitando la justicia, sino también a los que tendría que inhabilitar en un futuro al que igual necesita una fecha. Sacárselos de encima a ser posible en las próximas elecciones, que tendrían que empezar a tener ya su día y hora coincidiendo con la del imposible referéndum. Los Mas, Rigau, Homs y Ortega ya son historia, y habría que allanarles el camino a los que suspiran también por serlo.

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