Xavier Corberó, durante una entrevista para un documental
Xavier Corberó, durante una entrevista para un documental - ABC

Fallece a los 81 años el escultor Xavier Corberó

Amigo íntimo de Dalí, su obra puede visitarse tanto en las calles de Barcelona como en el MoMA neoyorquino o en el Victoria & Albert londinense

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El escultor Xavier Corberó, figura destacada por sus aportaciones al informalismo y al estudio del espacio tridimensional en el arte, falleció ayer a los 81 años, según ha informado su hija en un apunte en redes sociales.

Con una obra de gran proyección internacional que se puede visitar museos como el MoMA neoyorquino, el Stedelijk d'Amsterdam y el Victòria & Albert de Londres, Corberó jugó un destacado papel como asesor del Ayuntamiento de Barcelona en la selección de obras de autores de prestigio internacional para colocar en calles y plazas de la ciudad de cara a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. También fue el responsable de diseñar las medallas olímpicas.

Amigo ínitimo de Dalí y confidente de artistas tan diversos como Pablo Picasso, Joan Manuel Serrat

o Camilo José Cela, Coberó estudió en la Escuela Massana de Barcelona, y en la Central School of Arts and Crafts de Londres. Trabajó en la Fundición Medici de Lausana, donde vivió un período clave de su formación.

Influido por Pablo Gargallo y Henry Moore, participó en la Bienal Hispanoamericana de 1955 y en Salones de mayo de Barcelona, donde obtuvo los premios Manolo Hugué (1960) y Ramon Rogent (1961). En 1963 hizo su primera exposición individual en Múnich, donde recibió la medalla de oro del estado de Baviera. En 1992 recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat.

Uno de sus proyectos más llamativos en su propia casa, un imponente juego de estructuras en Espluges de Llobregat que el escultor transformó en una laberíntica vivienda de casi 4.500 metros cuadrados repartidos en nueve edificios interconectados por una decena de patios y tocados por más de 300 arcos.

Entres sus obras más conocidas, muchas de ellas ubicadas en las calles de Barcelona, destacan el monumento a Josep Tarradellas o su homenaje a la figura del viajero ubicada frente al Palacio de Congresos de la Diagonal.

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