Bernardo Fernández - TRIBUNA ABIERTA

Esperpento político

La imagen ofrecida por los socialistas en su último comité federal y en días posteriores, ha sido lamentable

Bernardo Fernández
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La política española se ha instalado en una situación grotesca. La imagen ofrecida por los socialistas en su último comité federal y en días posteriores, ha sido, además de bochornosa, lamentable.

Por otra parte. tampoco el PP, pese a ser el partido que da y, con toda probabilidad, seguirá dando soporte al gobierno, transmite la seguridad y confianza política que, en momentos como el actual, se requiere. Ahí están los casos Soria, Barberá y ahora los juicios de la trama Gürtel y las tarjetas “black”, con nombres que lo fueron todo en la política española, bajo el paraguas de los populares, para sembrar zozobras más que razonables ante la nueva etapa de gobernabilidad que ha de abrirse ya en nuestro país.

Pero es qué si echamos un vistazo a los partidos emergentes, aquellos que iban a traer savia nueva a la vieja política y desterrar los malos hábitos, no se puede decir que estén por la labor.

En efecto, Podemos está viviendo una fuerte crisis interna como consecuencia de sus malos resultados el 26-J. Esa situación ha provocado un duro enfrentamiento entre sus dos máximos dirigentes, Iglesias y Erejón, la suerte de los “podemitas”, ha sido que el desmoronamiento socialista está ocultando temporalmente sus dificultades.

Tampoco en Ciudadanos andan demasiado bien, pese a la voluntad mediadora de su líder Albert Rivera. La ropa no les llega al cuerpo ante la posibilidad de nuevas elecciones y las expectativas de perder un buen puñado de escaños.

Y en Cataluña seguimos imperturbables hacia el abismo. Ahora se anuncia un nuevo referéndum, esta vez vinculante, pactado o no con el gobierno central, para, lo más tardar, septiembre de 2017. Se demoniza a un consejero e incluso se le amenaza gravemente en las redes sociales por defender la españolidad de la cultura catalana. Mientras el gobierno, que dice ser de gente de orden, se sostiene por un partido que se declara antisistema. Pues bien, a eso algunos lo llaman coherencia, tolerancia y hacer bien las cosas.

Hay quien opina que cada sociedad tiene los políticos que se merece. Discrepo. Considero que una mayoría de ciudadanos españoles son gente progresista, formada y tolerante. Sin embargo, nuestros dirigentes actúan como si de un país tercermundista se tratase. Por eso, el mundo occidental nos contempla estupefacto y es que estamos padeciendo un auténtico esperpento político.

Esa es la realidad, aunque a muchos nos duela.

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