Cuestión de confianza

La tarde tarde del 8 de junio el Gobierno de Cataluña veía como los presupuestos eran rechazados. Toda la oposición emitía su voto desfavorable y, de igual forma, hicieron sus socios de investidura, la CUP. Entonces el Presidente Puigdemont pidió la palabra. Su expresión corporal tensa y la cara desencajada de sus compañeros de fila me hicieron pensar que presentaría su dimisión, especialmente cuando explicó con un tono conmovedor la situación en la que quedaba el Gobierno: «Atendida las circunstancias políticas que se dibujan a partir de ahora». El silencio fue sepulcral. Anunció que presentaba una cuestión de confianza, pero no en junio, ni en julio, sino a casi cuatro meses vista. Su justificación fue que «no tiene sentido aprobar un Plan de Gobierno y después no aprobar los presupuestos que cumplen este Plan de Gobierno».

Han pasado casi cuatro meses y hoy realizaremos en el Parlament de Cataluña ese debate, del que sabemos que la CUP nuevamente le dará el voto favorable, volviendo otra vez a la casilla de salida. Pero intuyo que hay un cambio y es el compromiso de que los próximos presupuestos serán absolutamente rupturistas con el Estado, que es lo que les exige la CUP. Tengo la impresión de que mucha gente no ha entendido que lo que está sucediendo en Cataluña va en serio y que hacer la política del avestruz pone en riesgo muchas cosas.

Es urgente realizar gestos y cambios que contribuyan a modificar la tensión que se está generando en Cataluña. Es inaplazable hacer realidad las propuestas que Inés Arrimadas y su equipo solicitamos para mejorar las cosas. Es ineludible abordar la mejora en el modelo de financiación autonómica, bajar los impuestos, apostar por el Corredor del Mediterráneo, arreglar la situación de los autónomos, conseguir la dación en pago y mejorar la ley de dependencia, por citar algunas. No posterguen todo aquello que nos une o la desidia hará perder un tren que muchos ansiamos tomar.

Jorge Soler es diputado de C’s en el Parlamento de Cataluña.