Economía

Preocupación entre los empresarios de Castilla y León por Cataluña, el tercer mercado en ventas

Empresas del transporte y la agroindustria, los principales sectores de intercambio, aseguran que ya han comenzado a notar la «ralentización» en los pedidos

Marco Antonio López, un obrador abulense con un distribuidor en Lleida que le ha permitido ir adentrándose en el mercado catalán

I. JIMENO

Con «enorme preocupación» vive el empresariado de Castilla y León la situación de Cataluña y la convocatoria ilegal de referéndum en las pretensiones de Carles Puigdemont y los suyos de convertirse en estado independiente. Y no sólo por el importante «impacto en la confianza» del mundo empresarial e inversor tanto en esa comunidad como en el conjunto de España, sino por las importantes relaciones comerciales que ambas autonomías mantienen.

No en vano, según destaca el presidente del Consejo Regional de Cámaras de Comercio, Fernando Escobillas , Cataluña «se sitúa en el tercer puesto de clientes» para la región. De ahí que observen «preocupados» lo que se está viviendo allí «y cómo pueda afectar a las empresas de la región». Eso sí, subraya, «no conviene caer en el pesimismo ni en la desesperación, puesto que no se dan las condiciones legales, políticas ni sociales para considerar lo que pueda pasar el 1 de octubre como una consulta vinculante».

Una hipotética separación «sería un desastre para la economía, para las empresas y para el bienestar de los ciudadanos», advierte también el presidente de Cecale, Santiago Aparicio, quien destaca que la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León estará «siempre con la legalidad». Urge a la resolución del «problema político» que existe, pues no sólo «afectaría a todos los ámbitos» no hacerlo, sino que ya se está notando. La «incertidumbre es el sentimiento generalizado», asegura el presidente de la patronal castellano y leonesa, en un sector que muestra «enorme preocupación» por el «fuente impacto en la confianza». Y es que, como asegura Javier Angulo, empresario burgalés cuyos productos también viajan hasta Cataluña, «lo más rápido que se contagia es el miedo». Se ha empezado a notar, asegura, en el menor consumo. «Los empresarios han percibido cierta ralentización de pedidos, inseguridad ante lo que pueda pasar, dado el clima de crispación que se vive», atestigua Aparicio. Aunque, añade, «a día de hoy no esta afectando al volumen de negocio, sólo al factor tiempo». También el presidente de Cecale advierte de que esa «incertidumbre generalizada» es el sentimiento que predomina, con el consiguiente riesgo de «paralizar muchas inversiones».

Al igual que con el resto de autonomías, Castilla y León mantiene un importante» flujo comercial con Cataluña. En este caso, fundamentalmente en el sector agroalimentario y de transporte. Según los últimos datos cerrados oficialmente de comercio interregional, correspondientes a 2014, Cataluña acaparó el 5,7% de las ventas de la Comunidad a otras autonomías, situándose en el sexto puesto y mercancías enviadas por un valor de mas de 1.100 millones de euros, y con Madrid encabezando el ránking (20,3%). A la hora de comprar, también es un mercado importante. Quinta en el escalafón, de allí llegaron el 9,7% de los productos, valorados en más de 1.800 millones. Y es la rama agroalimentaria la que más hace las maletas para salir, aunque también llegan estos productos hechos allí. De hecho, junto a Galicia, Cataluña es el principal proveedor: casi una quinta parte de lo importado de otras autonomías «hablaba» catalán. Y surtió cerca del 15% de los materiales de transporte.

También en 2013, Cataluña se situó en el «top five» de las comunidades con las que Castilla y León cerró operaciones comerciales, aunque ya ese año comenzó a notarse un descenso en el volumen, agudizado al siguiente. En el periodo 1995-2013, era la tercera clienta de la Comunidad y la segunda vendedora.

«Las ventas han bajado muchísimo»

Dos de las empresas que viven estos momentos con gran preocupación son la burgalesa Galletas Angulo y Mundo Import. Desde la primera el empresario Javier Angulo asegura que «en concreto, no he percibido» el impacto directo a la comercialización de sus productos en Cataluña, pero sí que desde el verano «han bajado las ventas porque hay mucho nerviosismo». «Al final nos perjudica a todos» pues «es absurdo pensar que estás en un mundo individualizado», asegura Javier Angulo. Por el momento, lamenta que el retraso del Presupuesto del Estado tendrá un impacto en las empresas, pues ahí van ayudas que permiten comprar nueva maquinaria o hacer contratos.

Sin dudarlo un segundo, Pedro Echavarría, de Mundo Import, asegura que el posible referéndum en Cataluña «es malo para todos». Esta empresa burgalesa de fabricación de calcetines de montaña se ha logrado abrir algo de mercado allí, pero «lo tenemos muy difícil», pese a que es una zona «muy buena» por el poder adquisitivo y las posibilidades de actividades vinculadas a su producto. Pero, dice, «la competencia es tremenda» y es una «zona muy difícil», ya que «defienden lo suyo muy a cañón». Sus etiquetas están en castellano e inglés, nunca en catalán, y no sabe si eso puede frenar las ventas.

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