Vicente Á. Pérez - CORAZÓN DE LEÓN

Pilar López

«Lleva compaginando la presidencia de Microsoft España con los premios, homenajes y reconocimientos que desde distintos ámbitos le han llegado por su ejemplar trayectoria profesional»

Vicente Á. Pérez
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Hace poco más de un año esta mujer fue noticia en todos los periódicos nacionales: en la sección de Economía o en los suplementos «salmón», esos que, antaño, tantos beneficios reportaron a las empresas periodísticas con sus anuncios de ofertas de trabajo y que hoy boquean en la orilla a la que cada día arriban tantos periódicos necesitados de oxígeno, de aire, de vida…. Fue también noticia en internet, ese nuevo dios llegado al planeta tierra para dictar los diez mil mandamientos y comportamientos de la humanidad. Ella, Pilar López, domina y traduce como pocos (y pocas, ¡ojo con el lenguaje machista!) los designios de la moderna divinidad, ésa a la que, desde la más tierna infancia, adoran los bebés que comparten biberón y móvil.

Desde hace poco más de un año, esta mujer lleva compaginando la presidencia de Microsoft España con los premios, homenajes y reconocimientos que desde distintos ámbitos le han llegado por su ejemplar trayectoria profesional que la ha llevado a ser considerada como una de las mayores ejecutivas de esta España de lloriqueos, a menudo hipócritas, por el futuro de los jóvenes, el éxodo de los estudiantes o los planes de enseñanza.

En estos tiempos en los que los padres protestan por las reválidas o los deberes escolares de sus hijos, en donde se cuestiona la enseñanza pública, en donde por internet se compran tesinas y en donde los profesores universitarios se ocupan más a la política que de la docencia, aparecen personajes como Pilar López, quien tras comenzar el bachillerato en las Escolapias y concluirlo en el Instituto de Astorga, se fue a Madrid, para realizar su vocación, que no era otra que la dirección y administración de empresas. De su curso era el único alumno (y alumna, ¡qué peñazo el del lenguaje machista!) que provenía de un centro de enseñanza pública, lo que no fue óbice para que consiguiera el número uno de su promoción. Y como no podía ser menos, tras mucho hincar codos, hacer deberes, y superar reválidas y retos, aquella muchacha nacida en el seno de una familia que se alimentaba por el trabajo de su padre en la gestoría que regentaba, fue ascendiendo peldaños hasta hoy, con cuarenta y pocos años, al frente de un equipo de 650 personas de Microsoft España. Y con todo el futuro por delante.

A Pilar López la han agasajado desde hace poco más un año en diversas ocasiones, pero nada comparable al homenaje que ayer le brindó la Casa de León en Madrid alrededor de un cocido maragato con el que, como subrayó en sus palabras de agradecimiento, recuperó olores, sabores y recuerdos de su infancia y adolescencia astorgana, allá donde cimentó los valores del esfuerzo, de la disciplina y de la sencillez que hoy la han convertido en una de las grandes ejecutivas españolas. Muy grande esta Pilar López. Un ejemplo en estos tiempos

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