Antonio Piedra - No somos nadie

A oscuras

«De la factura mensual de luz el 37,48% equivale a lo que realmente gastamos el usuario y el resto del 62,52% se engloba en impuestos y peajes»

Antonio Piedra
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Sin las nevadas inéditas del levante, en Castilla y León las temperaturas por debajo de cero grados nos han puesto cara a Cuenca y con el culo al aire frente al recibo de la luz del mes de enero y, posiblemente, frente a la tarifa más desorbitada de la historia para lo que resta del año y con visos de eternidad. Un pico que va a dejarnos sin lana y además trasquilados porque esto ya no hay Dios que lo entienda. Hablo así, porque vi en directo las razones científicas que daba el padre Alberto Núñez en televisión -el nuevo jesuita del Ibex 35 que anda por los cielos con peaje previo en el Pozo del Tío Raimundo- y me quedé tiritando.

No entendí para nada la argumentación del nuevo converso para el reino de los cielos. Y eso que lo decía con tal convicción teológica que parecía una lección sacada de la Dorotea de Lope: «Hágase el milagro, y hágalo el diablo». Amén.

Lo que sí entendí, y a las mil maravillas, fue un WhatsApp que me envió un amigo de la prensa vallisoletana el miércoles 18 a las 18:28 en punto de la tarde: «Hoy a las 19 horas pagaremos por encender la luz un 33% más». Me hacía, a continuación, una propuesta heroica en tiempos de tiritona: «¡Apaga la luz durante tan solo 20 minutos para que sus pérdidas sean notables y vean que sí tenemos voz!». Y añadía un colofón lleno de presura como si fuera una declaración de amor: «Si lo pasas rápido, a las 19 horas estará por toda España». Lo hice, a pesar de las protestas de mi nieto Albertín: «Pero, Antonio, ¡no ves que me dejas a oscuras!». Ya hijo, pero quizás así veamos algo claro.

Y claro que vi. Vi con claridad dos cosas. Una meridiana: que de la factura mensual de luz el 37,48% equivale a lo que realmente gastamos el usuario, y que el resto del 62,52% se engloba en impuestos y peajes. Dicho en castellano, que es la lengua que habla el mismísimo Dios en la intimidad según mi abuela que en paz descanse: en impuestazos que se reparten opíparamente las eléctricas y el Gobierno. Y vi otro mensajito que me mandó Endesa el viernes 20 -coincidiendo con la inauguración de la era Trump- a las 17:54 en punto de la tarde: «Antonio, te informamos que las subidas de precios de la luz de estos días no afectan a tu tarifa en mercado libre con Endesa». Textual. Vaya guirigay.

Total, queridísim@ amig@s atados a esta columna de la cuesta de enero, que entre el frío que no cesa, la perorata del padre Núñez que vive fuera del mundo, la realidad y el deseo de una facturación tan inalcanzable como el cielo, mi nieto que es como la claridad del alba, el WhatsApp de Endesa que oscurece todas las tardes, y los enjuagues de jueces y Gobierno que juegan al quirrial con mi prima Sharon Stone, servidor apaga la corriente por aquello que se preguntaba mi abuela en tiempos de penuria: ¿Qué dijo la pera al cable?:/ ya siento no darte chispa/ en tan carísimo trance.

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