Luis Jaramillo - Punto de vista

Un nuevo tiempo

«A priori, el Gobierno de Mariano Rajoy parece de continuidad, lo que para la oposición castellano y leonesa es un mal presagio sobre cambios de actitud»

Luis Jaramillo
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Tener Gobierno después de casi un año de interinidad abre un nuevo tiempo que obliga a recuperar el perdido. No es algo que vaya a resultar nada fácil, pero se debe de intentar por responsabilidad y sentido de Estado por parte de los actores políticos. Ayer el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, dijo en las Cortes que ya ha pedido una reunión con Mariano Rajoy para hablar de los temas pendientes. Son muchos, tal y como ayer se pudo escuchar en el Pleno, pero tal vez ninguno tan importante como abordar la reforma del sistema de financiación autonómica, porque de conseguir una financiación suficiente para los servicios depende el futuro de los mismos en la comunidad autónoma.

A priori, el Gobierno de Mariano Rajoy parece de continuidad, lo que para la oposición castellano y leonesa es un mal presagio sobre cambios de actitud, porque hay que reconocer que las relaciones de la Junta con el anterior Ejecutivo fueron realmente tormentosas.

Sin embargo, en la Junta se ve la formación del nuevo Gobierno como una oportunidad para el futuro, para abrir una etapa de encuentro en la que se pueda negociar donde antes solo hubo enfrentamiento y sentar bases firmes para diálogar y comprender la responsabilidad de cada cual, lo que tiene que significar poder solucionar por la vía del encuentro lo que hasta ahora ha sido lo contrario y que ha lastrado mucho la consecución de algunos proyectos que se fueron cayendo como fichas del dominó.

Todo este diálogo se debe realizar en medio de un complejo escenario político, donde los partidos mayoritarios están metidos en procesos congresuales que prometen repercusiones muy importantes en sus estructuras en Castilla y León. Ello impone a los actores un plus de sentido de Comunidad y de miras de futuro, para que no se produzcan interferencias que puedan afectar a tantas cosas pendientes, que no admiten más demoras.

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