Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Los negros del consejero

«Ser consejero de Sanidad y no tener sangre es como un chiste de esos que cuentan los niños pequeños sobre el «colmo de los colmos»

El consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, ayer durante el pleno de las Cortes F. HERAS

GUILLERMO GARABITO

Ser consejero de Sanidad y no tener sangre es como un chiste de esos que cuentan los niños pequeños sobre el «colmo de los colmos». Algo así le pasa al consejero de por aquí, que mientras se le echa media Sanidad y media tierra encima él sigue en tono más bien bajo y demasiado calmo para lo que apremia.

Ayer por la tarde en la sesión de las Cortes sólo importaba la Sanidad. En Castilla y León somos de cogerla con un tema y ya no soltarlo hasta que lo solucionamos o se agota. O se muere. Y respecto a la Sanidad… sería un oxímoron. Ir de médicos es una cosa que nadie suele hacer por gusto, pero no significa que al votante no le importe que se pongan los hospitales de esta o de aquella manera por falta de previsión o gestión política. Y la Sanidad ya se sabe que al político en general como cualquier otra materia sobre la que tiene poder de actuación debe importarle poco, no así el votante. Porque el político es político –según Churchill– por pensar en las próximas elecciones, no precisamente por pensar en las próximas generaciones.

Los portavoces del PSOE y Podemos cargaron sobre este tema en sus preguntas de control al Gobierno y contra el consejero en particular. Y Herrera defendió lo suyo, que es un consejero nombrado por él y lo que este diga, qué remedio. Porque de lo contrario tendría que cesarlo ya que dimitir –el consejero– no parece que vaya a dimitir. Cuando se habla de Sanidad en las Cortes se pone la tarde como como cuando iba el ministro Wert a los Goya, o el de ahora. Aunque más bien Wert, que era él sólo contra el mundo.

En Podemos, a diferencia de Tudanca y el PSOE, más que por la manifestación del pasado 20 de enero señalaron a Sáez por esa carta que vio la luz aquel día y que supuestamente firmaban por iniciativa propia los jefes de Servicio y de Unidad de los hospitales de Valladolid defendiendo la Sanidad. Después según publicaban algunos medios «el consejero ha admitido que animó a estos responsables a difundir el documento». Quién lo redactara exactamente es un misterio. En todo caso los responsables de libre designación más que trabajar en eso la Sanidad podían dedicarse a escribirle los discursos del consejero en las Cortes. Quizá así se entienda lo reposado de los discursos. Y es que ya se sabe que cuando de médicos se trata siempre le dicen a uno que conviene tomárselo con calma. Da igual lo que sea exactamente, pero con calma. Incluso, supongo, tener a tres cuartas partes de la región en contra como le pasa al consejero.

En el turno de Cs Luis Fuentes preguntó por otra cosa que ya no recuerdo, pero no fue sobre la Sanidad. Por dejar tranquilo al consejero, puede, que para algo son socios de gobierno. Aún en esas le dijo Herrera al de Cs que a qué tan triste «si ya ha pasado la cuesta de enero». Lo que no sabe Herrera es que desde hace años también hay cuestas en febrero y hasta en marzo para muchos y sin necesidad de ampliar el presupuesto de Fomento.

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