Guillermo Garabito - Apuntes al margen

La mano de Herrera

«Tanto revuelo y despliegue de cámaras al comienzo del pleno para ver que ocurría con Valdeón y ocurrió nada más que se mudó de asiento»

Guillermo Garabito
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Al pleno de ayer por la tarde, martes por demás, llegó Tudanca preguntando a Herrera si ya daba por cerrada la crisis de gobierno. ¿Crisis? Pero de qué crisis me está hablando, pareció pensar Herrera. Que fue grave lo que hizo Rosa Valdeón lo volvía a reconocer el presidente hasta tres veces en su intervención, pero de ahí a una crisis de gobierno... Ni que le hubiera dimitido todos los consejeros en bloque. Se recoloca a un portavoz aquí como consejero, a una consejera de portavoz y dos cambios más y a funcionar. Todo, como en el «Tetris», es cuestión de encajar piezas.

Durante el pleno Herrera habló con las manos. No sólo por el espaldarazo a Valdeón, que casi le saca las lágrimas.

Más por la mano grande del presidente que porque la pillara de sorpresa. Habló Juan Vicente con las manos también cuando se las impuso a Sanz Vitorio. Fue a mitad de pleno, justo antes de irse. Allí apartados en el lateral de la bancada mientras el resto de procuradores seguían a lo suyo. Herrera le posaba las manos en los hombros al segoviano y parecía decirle: «En tus manos encomiendo al grupo». Y se fue.

Luis Fuentes de Ciudadanos preguntó, como siempre, qué hay de lo suyo. Esta vez lo suyo era la eliminación del aforamiento de los procuradores. Algo muy de actualidad por otro lado. Presentado el escrito de Valdeón en el que pedía dejar de estar aforada aun manteniendo su escaño el tema se prestaba. Pese a no ser viable legalmente según dicen los expertos. Y como de Fuentes uno siempre tiene la sensación de que pregunta lo mismo, desde el gobierno regional le vinieron a responder como responden a todo lo de Ciudadanos en la Cámara. Algo parecido a «estamos trabajando en ello».

Tanto revuelo y despliegue de cámaras al comienzo del pleno para ver que ocurría con Valdeón y ocurrió nada más que se mudó de asiento y cambió los sillones azules del gobierno, ya sin cargos, por los rojos una fila por encima. Eso sí, no se movió en toda la tarde a diferencia de otras sesiones, que está el escaño muy discutido.

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