Política

Juncker recurre a Unamuno para hacer un llamamiento a la unidad española

El presidente de la Comisión Europea destaca la aportación de España a la UE con su «riqueza histórica, cultural, sus grandes talentos y generosidad, y su libertad de pensamiento»

Jean Claude Juncker es investido doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca D. ARRANZ

NUNCHI PRIETO

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker , aseguró ayer en Salamanca que Europa es «ante todo, el deber de la memoria y la obligación de recordar el esfuerzo que han hecho las generaciones anteriores a la nuestra, que vivieron los campos de concentración y de batalla». Una consideración que hizo en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca (USAL) tras recibir los atributos de doctor honoris causa del Estudio salmantino en un acto en el que también se le otorgó la misma distinción al excomisario de Asuntos Sociales, Educación y Cultura Manuel Marín, quien, finalmente, no pudo asistir por razones personales, si bien recogieron el diploma acreditativo sus hijas Paloma y Alejandra.

En su intervención, Juncker se refirió a Europa como «la unión en la diversidad de las fuerzas y de los talentos» y celebró compartir con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que estuvo presente en el acto, «la misma visión de Europa y el mismo amor por España», país del que destacó la «tremenda riqueza histórica, cultural, sus grandes talentos y generosidad, y su libertad de pensamiento» aportadas al conjunto de la Unión Europea. Tras subrayar el honor que le suponía el reconocimiento otorgado por la USAL, el presidente de la Comisión Europea resaltó que la institución académica abrió las miras al mundo al ser la primera en tener una biblioteca universitaria, en contar con una cátedra de Economía y en elegir a una mujer como profesora universitaria.

Asimismo, recordó a Miguel de Unamuno como defensor de la fuerza de la razón y del derecho «en un llamamiento por la unidad española con tanta elocuencia y coraje, frente a las divisiones, el rechazo al otro y las dictaduras» en clara alusión al populismo, que acabará «dándose contra la pared pues no puede avanzar», según apostilló. Juncker valoró además «el entusiasmo continental» de Manuel Marín como responsable del programa Erasmus y le atribuyó el éxito de esta iniciativa «porque sin él, sin duda, esta Europa de los jóvenes no sería lo que es ahora».

Marín, «gran europeísta»

Por su parte, Rajoy, en su comparecencia ante los periodistas minutos antes de la ceremonia, mostró su «satisfacción» por la concesión a Juncker por ser «una de las personas que más ha trabajado y lo sigue haciendo ahora con gran intensidad en beneficio de la Unión Europea y de su proceso de integración». En la misma línea se expresó respecto a Manuel Marín, al que definió de «gran europeísta que ha trabajado mucho en este gran proyecto, el más importante de los últimos siglos de todos los países de nuestro entorno, de integración europea». De él resaltó haber hecho «muchísimo por Europa, ya desde 1982 cuando tenía la responsabilidad en los asuntos europeos en el primer Gobierno de Felipe González».

Finalmente, resaltó el carácter eminentemente europeo de la entrega de los honoris causa al considerar que tanto Juncker como Marín «han dedicado buena parte de su vida a ese proceso de integración europeo donde se defienden hoy los valores en los que creemos y que han hecho de Europa la región más importante en términos de democracia, libertad, respeto a los derechos humanos y progreso económico y social».

En su discurso, el rector de la USAL, Daniel Hernández Ruipérez, reivindicó el papel de la universidad en la construcción europea en un camino en el que la concordia «ha sido clave como debe serlo del proyecto español». Ruipérez hizo hincapié en que la universidad «arma a los ciudadanos para abordar, desde el conocimiento, los problemas de nuestra sociedad, las crisis sociales, las económicas, las políticas y legales, y las derivadas de los siempre egoístas movimientos de separación y fractura»

El acto, en el que cuatro estudiantes que habían acudido como invitados irrumpieron con gritos contra Juncker, al igual otro centenar lo hacía en el exterior del edificio histórico, contó con la asistencia del presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; los ministros de Asuntos Exteriores y de Educación, Cultura y Deporte, Alfonso Dastis e Íñigo Méndez de Vigo, respectivamente, la delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro, y el alcalde de la ciudad, Alfonso Fernández Mañueco, entre otras autoridades.

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