El alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, entrega el XX Premio de Novela y el XIX Premio de Poesía «Ciudad de Salamanca». En la imagen, los premiados Amalia Iglesias y Francisco López
El alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, entrega el XX Premio de Novela y el XIX Premio de Poesía «Ciudad de Salamanca». En la imagen, los premiados Amalia Iglesias y Francisco López - ICAL
Cultura

Francisco López y Amalia Iglesias reciben los Premios Novela y Poesía Salamanca

Los premiados han leído un fragmento de sus obras y han agradecido al jurado la distinción

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El escritor zaragozano Francisco López, por «Diario de un asesino melancólico» y la poetisa palentina Amalia Iglesias, por su obra «La sed del río», han recibido hoy en sus respectivas categorías los Premios de Novela y Poesía Ciudad de Salamanca.

En el acto, los premiados han leído un fragmento de sus obras y han agradecido al jurado la distinción, que ha supuesto en el caso de Iglesias «una responsabilidad y un vértigo», especialmente porque lo recibe en la ciudad donde reside actualmente, un lugar que «lleva en su ADN poesía y literatura».

El alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, ha destacado el «permanente» compromiso de la capital salmantina con la cultura y ha calificado los Premios de Novela y Poesía Ciudad de Salamanca de «cita de referencia para el mundo de las letras y de la cultura».

Fernández Mañueco ha elogiado el prestigio y la implicación de los jurados -el de Novela lo preside Luis Alberto de Cuenca y el de Poesía Antonio Colinas- que «dan valor y avalan la alta calidad de estos certámenes».

«Diario de un asesino melancólico», de Francisco López, es una novela que, con un humor y una ironía desbordantes, desarrolla la obsesiva idea de su protagonista y narrador quien tiene la firme convicción de que su esposa pretende asesinarlo.

Mientras va exponiendo en su relato las pruebas en las que fundamenta esta amenaza, decide elaborar una serie de ingeniosos planes para impedírselo y, anticipándose a ella, eliminarla en legítima defensa.

El jurado ha destacado que es una obra de humor ácido y de lenguaje culto y a la vez conversacional con múltiples referencias literarias, que demuestra un amplio conocimiento de los procedimientos narrativos propios de la novela de género.

Por su parte, el poemario «La sed del río», de Amalia Iglesias, supone un retorno hasta la infancia. La conciencia de que regresamos pero nunca podemos volver del todo y la de que nos vamos pero algo esencial de nosotros se queda siempre.

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