Gillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Enmiendas al peso

«A los niños, a partir de ahora, se les enseñará equivalencias con la frase de: qué pesa más, ¿un kilo de enmiendas o de paja?»

Gillermo Garabito
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Aprobar los presupuestos del año a finales de junio es como hacer los regalos de Reyes cuando te da la gana. Una cosa de la que no hay que olvidarse, pero de lo más extraña. O como esos otros parientes lejanos que juntan los regalos de Reyes y los de cumpleaños como quién no quiere la cosa. Aprobar los presupuestos de 2017 a finales de junio suena a hacer la lista de la compra después de volver del supermercado cargado con las bolsas. Cada uno hace las cosas cuando quiere. Lo mismo que Rajoy.

Los plenos para la aprobación de los presupuestos son una liturgia donde llaman sobre todo la atención las enmiendas. El tema de las enmiendas es lo más contrario a un estímulo intelectual.

Más que por el valor de sus ideas tratan de llamar la atención por la cantidad. Las enmiendas que no sean aprobadas podrían venderse después al peso. Cada uno se gana la vida como puede. Nada más y nada menos que dos mil cuarenta y una se presentaron al pleno de ayer. Se aprobaron pocas. Habrá que ver lo que ocurre hoy. Se aprobarán pocas. Le decía un diputado del PP a Sarrión -IU- que esta vez había presentado «muchas», pero todas ellas «sin valor para la ciudadanía». A los niños, a partir de ahora, se les enseñará equivalencias con la frase de: qué pesa más, ¿un kilo de enmiendas o de paja?

Castilla y León ha vivido hasta ahora con los presupuestos prorrogados de 2016. A imagen del Estado. A imagen de esta España que vive de las prórrogas. Las prórrogas siempre tuvieron más interés que los partidos; qué le pregunten a Sergio Ramos.

Los presupuestos hay que debatirlos porque así debe hacerse. Por compromiso. Por tener un pleno más en este caluroso mes, que al fresco de las Cortes se pasa mejor. El final se lo adelanto, se aprobarán. Porque para eso hay acuerdo con Ciudadanos.

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