Encrucijada

Difícil posición para el PSOE de Castilla y León que llegará dividido al Comité Federal nacional, en el que ya parece claro que se barajará la abstención para que gobierne el PP. ¿La fórmula? Pues no está nada clara, pero será aquella que permita empezar a sellar heridas que están muy abiertas en este momento.

Una parte de los seguidores de Sánchez ya ha empezado a virar, a cerrar filas con la gestora y aunque con matices, empiezan a apoyar una abstención de carácter técnico. No es el caso de Castilla y León, comunidad en la que, sin que parezca posible que se convoque el Comité Autonómico que reclaman varias provincias, se llevará la voz del secretario regional, Luis Tudanca, que se mantiene en el no rotundo a Rajoy y se pronuncia por ir a un Congreso Extraordinario y con él, a las terceras elecciones.

Tudanca cuenta en su posición con el respaldo y la defensa cerrada del alcalde de Valladolid, Oscar Puente, quién desde un punto de vista personal recorre estos días prensa, radio y televisión nacional para hacer una defensa a ultranza de que se pronuncien los militantes y que bajo ningún concepto se permita gobernar a Mariano Rajoy. Es una posición propia, en sintonía con José Borrell, pero que le mantiene en la primera página de la actualidad nacional. Además, en su argumentario no falta un grueso lenguaje con la estrategia que mantiene la Gestora Socialista y dibuja un realista panorama del Partido Socialista que es para echarse a temblar.

Para que nada falte están además las redes sociales, que se han convertido en lugar de expresión y de ataque, generadoras de tensión interna que en nada colaboran a la necesaria restauración del partido. Los tuits de Ana Sánchez o de Julio Villarrubia, escritos más con la víscera que con la racionalidad, abren frentes innecesarios que hacen aventurar que lograr que las aguas vayan a su cauce es una tarea harto complicada.