Tierra de Campos, en Palencia, es otra de las zonas más afectadas por la sequía
Tierra de Campos, en Palencia, es otra de las zonas más afectadas por la sequía - F. HERAS
Economía

Declarada «desastre natural» la cosecha de este año en Castilla y León con pérdidas que alcanzan el 70%

El Consejo de Gobierno aprueba las medidas urgentes de apoyo al sector para inyectarle liquidez

Valladolid Actualizado: Guardar
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Las previsiones empiezan a convertirse en realidades y, como ya se temía, la cosecha de 2017 va camino de ser la peor del último cuarto de siglo. Si esta misma semana fue la organización agraria Asaja la que advirtió que la producción de cereal en Castilla y León estaría por debajo de los tres millones de toneladas, todo apunta a que así va a ser, según las cifras que baraja la Consejería de Agricultura y Ganadería.

La responsable de este departamento y portavoz de la Junta, Milagros Marcos, avanzó ayer que la cosecha de cereal estimada es de 2.782.425 toneladas, un 65 por ciento inferior a la del año pasado y un 55,5 por ciento menos de la media, situada en 6.260.000 toneladas.

Con una superficie sembrada de 1.828.240 hectáreas, frente a 1.909.447 del año anterior, las mayores pérdidas de producción se encuentran en Ávila y Valladolid, con caídas del 70 por ciento, seguidas de León, Salamanca y Zamora, con un 62 por ciento de pérdida. Burgos y Palencia, con un 4o y un 42 por ciento menos, son las provincias con menos caída.

Viñedo y frutales

Si además del cereal se tiene en cuenta el viñedo, los frutales y los pastos afectados por la sequía o las heladas, la situación es aún peor ya que, según el mapa elaborado por la Consejería, todas las provincias, salvo Soria, tendrían afectados sus cultivos en alguna de sus zonas en más de un 70 por ciento. Ávila, Burgos, Salamanca y Valladolid tienen estas afecciones en la totalidad de la provincia. En León, el norte, y en Zamora, las comarcas de Aliste y Benavente, tienen algo menos, aunque el daño también supera el 60 por ciento, cifra que también se da en todo el norte de la provincia de Segovia y en la zona de El Burgo de Osma, en Soria. En el resto de la provincia soriana y en la montaña palentina, los daños, aún siendo los más bajos, afecta a más del 30 por ciento de los cultivos.

Ante semejante situación, el Consejo de Gobierno acordó ayer declarar la campaña agrícola de este año como «excepcional debido a los efectos climatológicos adversos asumibles a un desastre natural», según las palabras de Milagros Marcos. El siguiente paso fue autorizar con carácter de urgencia una línea de ayudas dirigidas a dotar de liquidez a las explotaciones agrarias y garantizar el suministro de agua a las ganaderías en régimen extensivo de aprovechamiento de pastos.

Flexibilizar criterios

La consejera de Agricultura explicó que es ese reconocimiento de excepcionalidad y de desastre natural el que permite flexibilizar los requisitos de los productores para poder acceder a las diferentes líneas de ayudas comunitarias, ya que la Comisión Europea establece que para que se dé esta situación las pérdidas deben superar el 30 por ciento. Esta flexibilización afectará a parte de las ayudas de la PAC y a medidas del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León, como agroambientales o ecológicas, así como al cumplimiento de los planes de mejora de explotaciones acogidos a ayudas a inversiones.

De esta forma, las líneas habilitadas por la Administración regional se suman a las aprobadas por el Gobierno central a través del Real Decreto de la Sequía. Son, en total, 145 millones de euros aportados al cincuenta por ciento por cada administración, de forma que la Junta de Castilla y León pondrá sobre la mesa unos 72 millones de euros.

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