La culpa es del tiempo

En la presentación de León y sus oportunidades que ayer hizo en el Fórum Europa de Madrid su alcalde, Antonio Silván, las comunicaciones tuvieron varias referencias como dinamizadoras del futuro de esta tierra y no faltó la petición de culminar el proyecto de la Autovía Valladolid-León. Fue la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien con un «tomamos nota» eludió cualquier compromiso. Lo de siempre.

Tomar nota de verdad sería dar orden al Ministerio de Fomento para que de una vez por todas desbloquee la apertura de los 20 kilómetros de la autovía entre Santas Martas y Puente Villarente, un tramo prácticamente construido y que urge abrir para paliar el denso tráfico actual de la N-601 con el peligro que supone.

Sin embargo, los meses van pasando y la obra sigue «congelada». Es una obra eterna, primero por el yacimiento arqueológico que frenó su ejecución en 2012 y ahora porque el ritmo desde que se reactivaron los trabajos, hace ya tres años, no sólo ha sido cansino, sino que cuando ya está prácticamente ejecutada, según reconoce el Ministerio a falta de la capa final de rodadura, la señalización horizontal y el enlace con la N-601, está totalmente parada.

He realizado varios viajes a León desde Valladolid en las últimas semanas y en ninguno de ellos he visto una sola máquina o un trabajador haciendo algo en la carretera. Es la imagen de una obra parada a la espera de los remates finales. Lo indignante es que el Ministerio para no reconocerlo recurra a decir que va según planificación, una planificación en la que curiosamente no debe haber ni fecha de apertura, porque dicen que depende del tiempo. Este es el culpable y por lo visto, a quien los ciudadanos debemos pedir responsabilidades. Esto debe ser lo que entienden por «tomar nota».