Contra el terrorismo yihadista

Comunidades musulmanas piden más control en las redes sociales para evitar captaciones

Realizaron concentraciones frente a las mezquitas de Burgos y Valladolid

Acto de repulsa junto a una de las mezquitas de la capital vallisoletana F. HERAS

M. SERRADOR/MAR GONZÁLEZ

Vecinos de Burgos y Valladolid de religión musulmana se concentraron ayer a las puertas de sus mezquitas para mostrar su rechazo a los atentados yihadistas de la semana pasada en Cataluña que acabaron con la vida de quince personas. Durante la movilización reclamaron a las administraciones un mayor control sobre las redes sociales para evitar las captaciones de jóvenes y en la contratación de los imanes de las mezquitas.

Así, en Burgos, los miembros de la comunidad islámica Attaqwa mostraron su solidaridad con las víctimas de los atentados de Cataluña y su oposición al terrorismo. Con este gesto pretendían reflejar que los musulmanes no son terroristas y los terroristas no les representan ni a ellos ni al islam. Así lo explico Mohamed Semmache , portavoz y miembro de la junta directiva de Attaqwa, quien señaló que, al conocer la noticia de los atentados, la comunidad musulmana sintió «terror igual que todos los españoles». Semmache insistió que desde comunidades islámicas como la suya se enseña a los jóvenes el islam como religión de «paz, libertad y tolerancia». En todo caso, aprovechó la ocasión para pedir a la Comisión Islámica de España y a la Federación de Entidades Religiosas Islámicas que cuiden y fomenten el contrato de imanes con estudios y una formación adecuada para su función.

En Valladolid, medio centenar de personas se concentraron a las puertas de la Mezquita de la Paz , en el barrio de los Pajarillos, para mostrar su repulsa por los atentados yihadistas e insistir en que «somos musulmanes, no terroristas» o «Islam=paz», como recogían algunas de los carteles que mostraron los más jóvenes. Uno de ellos aseguró que «nosotros somos también víctimas de esta barbarie» y pidió a la sociedad en su conjunto unir fuerzas para «evitar la radicalización y la estigmatización», después de unos atentados que «contradicen los códigos éticos más elementales del islam y atentan contra lo más sagrado de nuestra religión».

Otro miembro de la comunidad mostró su temor por los niños «y esa gente que viene comiéndoles la cabeza y que no conocen los principios del islam». Otro compañero insistió en su disposición para colaborar con la policía y «denunciar todo tipo de radicalismo». También se pronunció Ihsan , una de las dos únicas mujeres presentes en el acto -no había más porque no tienen obligación de acudir a la mezquita, según señaló- para mostrar su malestar porque «siempre tengamos que estar justificándonos, cuando, como cualquier ciudadanos, mostramos nuestro pesar e indignación contra estos actos terroristas». «No queremos que se relacione el terrorismo con el islam, señaló la joven, de nacionalidad española.

Por su parte, Abdel reclamó que «ésto se acabe porque nos está haciendo mucho daño» y pidió ayuda a las Administraciones porque, a su juicio, «las redes sociales son un apoyo para los grupos terroristas y les da ventajas para seguir con lo suyo transmitiendo sus atrocidades». Cree que así consiguen atraer más gente por lo que pidió que «nos ayuden a cortar la cabeza de la serpiente».

En representación de una comunidad musulmana que en la provincia de Valladolid aglutina a unas 3.500 personas, el presidente de la Asociación, Zaki Zayed condenó «todo tipo de terrorismo y violencia»». «Queremos vivir con la gente de paz y de corazón; sembrar paz en vez de terrorismo» , señaló para enfatizar después que «queremos vivir en paz con nuestros hermanos y vecinos de Valladolid».

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