Instalaciones de Villalbilla de Burgos de la empresa Recu-Matic, una de las empresas autorizadas para el tratamiento de neumáticos fuera de uso
Instalaciones de Villalbilla de Burgos de la empresa Recu-Matic, una de las empresas autorizadas para el tratamiento de neumáticos fuera de uso - R. ORDÓÑEZ
Sociedad

Castilla y León, cementerio de neumáticos

Casi la mitad de las ruedas que se recicla en la Comunidad procede de fuera

Valladolid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Castilla y León tiene un parque móvil que, según la DGT (Dirección General de Tráfico), superaba los 1,7 millones de vehículos en 2014 (última estadística disponible), entre turismos, camiones, furgonetas, autobuses, motocicletas, tractores, remolques y otros. 0,50 vehículos por habitantes, según los cálculos de la Junta.

Una flota que genera, entre otros residuos, los neumáticos, en cuyo tratamiento tienen responsabilidad los productores. Aunque incendios como el desatado el pasado mes de mayo en un vertedero ilegal en la localidad toledana de Seseña y que durante semanas estuvo echando humo y productos nocivos al medio ambiente hicieron saltar algunas alarmas sobre cómo se gestiona este producto, hay firmas especializadas que se encargan de ello. De hecho, de cara a la correcta gestión de los neumáticos fuera de uso existe una normativa estatal y autonómica que vela y marca cómo tratarlos, con empresas especializadas en su gestión.

«Es responsabilidad de los productores y distribuidores de neumáticos fuera de uso gestionar y financiar el ciclo de recogida, transporte y valorización/eliminación de sus productos», señala el Plan Integral de Residuos de Castilla y León, de marzo de 2014.

Y dos son los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) autorizados: Signus y TNU. En total, en la Comunidad, según los datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, hay 34 instalaciones, repartidas por las nueve provincias, autorizadas para la gestión de este material, aunque no todas pueden hacer las mismas labores. La mayoría (28), realizan únicamente operaciones de almacenamiento y/o clasificación. En dos casos tienen autorización para trituración de los neumáticos y separación de sus componentes (Recuperación Materiales Diversos, S.A., en Chozas de Abajo, León, y Reciclado de Neumáticos Castilla y León S.L., en Guardo Palencia). Otras tantas se dedican a su trituración (Recu-matic S.L., en Villalbilla de Burgos, y Ecocastilla S.L, en Dueñas, Palencia). Y dos más tienen autorización para la valorización energética de neumáticos triturados (Cementos Portland Valderribas S.A., en la localidad palentina de Venta de Baños, y Cementos Tudela Veguin, S. A, en La Robla, León).

Mínima «exportadora»

Las memorias de esas dos firmas autorizadas para llevar a cabo esta tareas reflejan que entre Signus (mayoritaria con casi diez veces más de actividad) y TNU gestionaron en Castilla y León 37.095 toneladas de neumáticos en 2015. Eso sí, no todos proceden de la Comunidad, que en buena parte es «importadora» de neumáticos para tratar en las plantas que aquí existen. Casi la mitad de las gomas que se tratan una vez cumplida su función inicial de rodar sobre el asfalto dejaron atrás su vida útil en un vehículo en otro territorio. De las 34.840 toneladas que pasaron por los sistemas de Signus y TNU en 2015, el 47,7% por ciento llegaron desde puntos de recogida en otras comunidades; 16.612 toneladas. Las otras 18.228 fueron de cubiertas que acabaron sus días montadas las llantas en Castilla y León. A estas cifras , y hasta llegar a las 37.093 toneladas, hay que añadir una pequeña parte de neumáticos que puede hacer unos kilómetros más para seguir rodando sobre el asfalto. El año pasado, 1.949 toneladas pudieron ser reutilizadas una vez preparadas para ello. Y también, aunque suponen una mínima parte, la Comunidad es «exportadora» hacia otros territorios de viejas gomas para tratar. Únicamente 306 toneladas (poco más del uno por ciento) tomaron este camino en 2015, una proporción similar a la registrada tradicionalmente, y «despreciable» en comparación con la operación inversa.

Unas cantidades en línea con lo ya apuntado en el Plan Integral de Gestión de Residuos de Castilla y León, de marzo de 2014 y en el que se trata el tema de las cubiertas de las ruedas, que estima que la generación de neumáticos fuera de uso en Castilla y León está en unas 18.000 toneladas anuales. Y eso que con la crisis cayó el número de tratados por unos conductores intentando apurar al máximo sus ruedas.

Sin embargo, la cuantía tratada es muy superior a esas 18.000 toneladas estimadas, lo que pone de manifiesto que las instalaciones existentes son «suficientes» y «cubren de formar eficaz» el circuito de gestión de estos materiales. Tienen capacidad para recibir y procesar unas 78.000 toneladas al año, casi el doble de lo que reciben.

Y es que casi la mitad procede de fuera y se supera con creces la estimación de neumáticos fuera de uso que correspondería al parque móvil de Castilla y León. La importación no declarada, la compra a través de medios no tradicionales como internet o los stocks históricos explican en parte este desfase que, según el Plan Integral de Residuos, algo que se repite en otras comunidades.

Prohibido el abandono

La normativa establece que es «responsabilidad» de los productores y distribuidores gestionar y financiar de forma «gratuita» para el usuario el ciclo de recogida, transporte y valorización o eliminación. Se estima que cada 51.8000 toneladas de gomas tratadas dejan de emitir 500.000 toneladas de CO2 a la atmósfera y con ello se ahorran 218 millones de litros de petróleo. En términos más cercanos al usuario, cada neumático reciclado de un turismo convencional contribuye a dejar de enviar 67,95 kilos de dióxido de carbono y se consumen 29,5 litros menos de petróleo.

Ver los comentarios