Puente romano del Camino Real de Carlos III que unía las localidades leonesas de Congosto y Cubillos del Sil y se deja ver tras la bajada de agua del embalse de Bárcena
Puente romano del Camino Real de Carlos III que unía las localidades leonesas de Congosto y Cubillos del Sil y se deja ver tras la bajada de agua del embalse de Bárcena - ICAL
Historia

El camino olvidado que unió Madrid y La Coruña

El bajo nivel del pantano de Bárcena vuelve a sacar a la luz el puente del siglo XVI que unía Congosto y Cubillos del Sil

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Se deja ver poco, pero por lo menos se deja ver. El puente romano del siglo XVI que unía las localidades leonesas de Congosto y Cubillos del Sil, que además pertenecía al Camino Real de Carlos III, aparecía pocos días atrás gracias al bajo nivel de agua del pantano de Bárcena, donde se encuentra la estructura y que todavía es totalmente transitable.

Uno de los mayores conocedores de la importancia histórica de este puente es el presidente de la Asociación de Romeros del Pantano de Bárcena, Elidio Rodríguez, que explica que el Camino Real «era la antigua Nacional 6 y era el camino que utilizaba la gente que iba de Madrid a Galicia, más concretamente hasta La Coruña», un camino que quedó en desuso tras la implantación del pantano.

Pero no sólo fue la infraestructura del siglo XVI la que se vio afectada por el pantano, cuya construcción finalizó en 1956. Rodríguez recuerda de manera «muy profunda» como hace más de 50 años tuvo que salir

Bárcena del Río, antes de que quedase sepultada por las aguas del embalse
Bárcena del Río, antes de que quedase sepultada por las aguas del embalse - ICAL

de su localidad natal por la inminente puesta en marcha del embalse. Y es que, tanto el municipio de Bárcena del Río como el de Posada del Río quedaron inundados y obligaron a sus vecinos a abandonar sus casas y su vida en sendos pueblos. «Todo lo que supone ver algún vestigio de lo que fueron nuestras andanzas en la niñez me causa tristeza y nostalgia, aunque también me causa satisfacción por ver algo. La pena es que no baje más y no podamos observar los asentamientos reales de las localidades», admite Rodríguez.

Lo que queda ya de estos históricos municipios es un misterio, aunque el antiguo habitante de Bárcena del Río se aventura a decir que posiblemente «no quede nada», debido al lodo arrastrado por el río Sil y los residuos vertidos en el mismo por las minas, que hacían que las cristalinas aguas del Sil bajasen en un tono bastante más oscuro.

Un reto

Ahora, tanto Rodríguez como la Asociación de Romeros del Pantano de Bárcena tienen en mente un reto: que se haga algo en el embalse. «Pensamos que es un lugar turístico y recreativo que tiene Ponferrada al lado de casa y que no se explota», afirma Rodríguez, a lo que añade que es «el mirador que tenemos con vistas al mar».

El presidente de la Asociación cree que esa zona esta «totalmente abandonada» y asegura que hacen falta que se hagan infraestructuras para que el lugar pueda realmente «visitarse y disfrutarse», pero por el momento no han conseguido ayuda de ningún tipo, aunque no cejarán en el empeño para que algún día este puente pueda ser admirado sin que tengan que bajar las aguas del embalse donde se encuentra.

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