Los barones «susanistas», de salida

«Plan renove» en el PSOE de Castilla y León. Muchas caras nuevas habrá al frente del partido en las provincias de la Comunidad cuando con el arranque del otoño se celebren las primarias y los congresos. Y es que al menos cuatro barones no seguirán. Ni siquiera se someterán al voto de la militancia. Se retiran de la carrera antes de que empiece. Todos ellos alienados en la cuerda de los defensores de Susana Díaz, perdedora en las primarias de hace unos días en las que los militantes se decantaron por que Pedro Sánchez sea de nuevo el líder federal del partido. Así, el zamorano Antonio Plaza, el segoviano Juan Luis Gordo y el salmantino Fernando Pablos ya han confirmado que no optarán a la reelección.

Tampoco lo hará el soriano Carlos Martínez, también defensor de la presidenta de Andalucía, pero en este caso debido a que los estatutos de la formación de la rosa se lo impiden.

Gordo, secretario segundo de la Mesa del Congreso de los Diputados, ha sido el último en confirmar que no optará a la reelección. Tras dos mandatos y nueve años «largos» en los que los resultados electorales no han terminado de acompañar al PSOE en su provincia, el segoviano ha decidido poner punto y final a la etapa de secretario provincial. Una decisión que, aunque como reconoció «no es de ahora» sí está vincula en parte a la victoria de Sánchez. Al lado del madrileño tiempo atrás y una de las personas que le apoyó en su primer «asalto» a Ferraz, Gordo le retiró su apoyo en los momentos más críticos y luego se posicionó del lado de Susana Díaz. En Segovia, como en la mayoría de provincias de Castilla y León, salvo Ávila, Sánchez fue el más votado por la militancia en las primarias.

Casi con lo votos aún calientes, el primero en descolgarse de la pugna fue el Antonio Plaza. El lunes posterior a la votación de las bases, el zamorano confirmó que se «echará a un lado», ya que consideró que son «los ganadores» quienes deben articular en torno a ellos una mayoría de cara a la nueva dirección socialista en una provincia en el fondo controlada la secretaria regional de Organización, Ana Sánchez. La número dos de Tudanca, estaba, al igual que el líder autonómico, Luis Tudanca, lado de Pedro Sánchez. Tampoco el salmantino Fernando Pablos optará a la reelección. Si con el eco de la victoria del madrileño insinuaba que no iba a seguir tras nueve años, ayer confirmó que no lo hará. «Lo tengo decidido hace mucho tiempo», subrayó, a la vez que confió en que el proceso de renovación se celebre «cuanto antes».

En Soria también se impuso la opción de Sánchez pese a que su barón provincial, Carlos Martínez, optó claramente por la política andaluza. En este caso, la retirada se debe a que los estatutos impiden al también alcalde de la capital soriana -el único con mayoría absoluta- continuar en un cargo en el que lleva desde 2002 y para el que ha sido reelegido en otras tres ocasiones.

Cuatro años de gestora

Y habrá también nuevo rostro seguro en Ávila, donde el PSOE vive en una extraña situación, bajo el mando de una gestora desde hace cuatro años. El congreso provincial tras el verano ha de servir para elegir nuevo dirigente, tras la abrupta salida de Tomás Blanco en 2014.

Más dudas en León, donde su secretario provincial, Celestino Rodríguez, también afín a la andaluza, apuesta por respetar los tiempos y ayer reiteró que «cuando llegue el momento» y el congreso se convoque oficialmente «adoptaré la decisión más conveniente». Aseguró estar «muy tranquilo y muy sereno», a la vez que consideró sí nota «nerviosismo en otros». El portavoz en el Ayuntamiento, José Antonio Díez, ya insinuó podría dar el paso. También «susanista» la palentina Miriam Andrés, quien no ha desvelado su futuro.

Sólo dos barones provinciales de Castilla y León respaldaron a Sánchez y su reelección como líder federal les da alas a volver a intentar revalidar su mandato. Es el caso de Javier Izquierdo, que cumple cinco años al frente del PSOE de Valladolid tras imponerse por la mínima a Cecilio Vadillo (204 votos frente a 199). Y también, en principio, tranquilidad para Esther Peña en Burgos, quien tomó las riendas del partido con la salida de Tudanca.