La delegada del Gobierno en Castilla y León entrega alimentos y juguetes recogidos por empleados públicos a varias ONG
La delegada del Gobierno en Castilla y León entrega alimentos y juguetes recogidos por empleados públicos a varias ONG - F. HERAS
Sociedad

Los bancos de alimentos auguran que «en dos o tres años» volverán a atender a los «pobres» de siempre

Detectan un descenso del número de beneficiarios desde mayo

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Los diez bancos de alimentos de Castilla y León han registrado un descenso del número de beneficiarios desde mayo, que apunta que en dos o tres años estas entidades volverán a sus orígenes, para ayudar a los «pobres» de siempre, a los que la crisis ha añadido los «pobres vergonzantes». A juicio del presidente de la Federación de Bancos de Alimentos de Castilla y León, Godofredo García, se trata de un punto de inflexión que marcará «la decadencia de los bancos de alimentos». No obstante, ha recordado que todavía «63.000 castellano y leoneses» han necesitado de esta ayuda solidaria en 2015.

La Federación de Banco de Alimentos y Cruz Roja autonómica han asistido este martes a la entrega, por parte de la delegada del Gobierno de Castilla y León, María Jose Salgueiro, de las 5,5 toneladas de alimentos no perecederos y de las 140 cajas de juguetes que han donado los empleados públicos de la Administración del Estado en la Comunidad y también por ciudadanos.

«Labor callada»

La delegada del Gobierno ha agradecido la solidaridad de los funcionarios y ha aprovechado para valorar y agradecerles también su «labor callada» de servicio público. Esta recogida de alimentos engrosará los más de 11 millones de kilos que habían recogido los bancos de alimentos de la Comunidad hasta noviembre, que confían en superar los doce millones recogidos en 2014.

Por contra, han descendido el número de beneficiarios, que se sitúan en esos 63.000, frente a los 80.000 con que concluyeron el pasado año, con ese punto de inflexión en mayo que les lleva a pensar que los efectos de la crisis están remitiendo.

Godofredo García ha confiado en que en dos o tres años los bancos vuelvan a su labor de antes de la crisis, a ayudar a los pobres, a los que se han sumado los que ha calificado de «pobres vergonzantes», familias normales que se han quedado sin empleo, con una hipoteca e hijos a su cargo.

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