Pablo Chipella y Silvia Marsó protagonizan «La puerta de al lado»
Pablo Chipella y Silvia Marsó protagonizan «La puerta de al lado» - ABC
Teatro

«Amador» espera en «La puerta de al lado»

Pablo Chiapella charla con ABC antes de estrenar su primera obra de teatro en Ponferrada sobre el contraste entre televisión y teatro, su relación con Silvia Marsó, la relación entre esfuerzo y recompensa y los ligues de Internet

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«La puerta de al lado» comienza su gira por España con su primera actuación lejos de Madrid. Y lo hará esta noche en Ponferrada, en doble sesión, para iniciar la temporada en el teatro Bérgidum. A los mandos, un veterano Sergio Peris-Mencheta que en esta ocasión ha trabajado con dos actores muy distintos. Por un lado, Silvia Marsó, con una gran trayectoria en el escenario y que cambia en esta comedia sus habituales papeles como personaje dramático. Por otro, llega Pablo Chiapella de la televisión para seguir haciendo reír a la gente, pero también para hacerles pensar. Tras casi 200 actuaciones en La Marquina, está adaptación del texto original del francés Roger-Lacan viene a Castilla y León dispuesta a cambiar todas las ideas que tenemos de los ligues en Internet.

Sobre el cambio que hay de la televisión al teatro, sus diferencias, el contraste entre su nuevo personaje y el de «Amador» y sus planes de futuro, hablamos con Pablo Chiapella.

P (Pregunta): Buenas tardes Pablo, esta es tu primera obra de teatro tras muchos años en la televisión...¿Se nota ese cambio?

R (Respuesta): Cambio necesario que tenía la intención de hacer desde hace mucho tiempo pero que las fechas y la tele no me lo permitían y yo veía que no me daba tiempo. Cuando ví que tenía tiempo para intertarlo, busqué hacer teatro me llegó este texto y la persona de Sergi Peres-Menchetea. Me propuso la obra, la leí me gustó y aquí estamos, tras casi 200 funciones en El Marquín de Madrid.

P: Ahora que tienes experiencia en los dos formatos ¿Con cuál te quedas?

R: Me cuesta elegir. El teatro tiene el contacto directo con el público, la reacción inmediata de la audiencia sobre lo que está ocurriendo, la posibilidad de empezar un personaje y terminarlo...son cosas que en el teatro te hacen vivir un presente absoluto.

«La obra cuestiona si las cosas que cuestan son las que dan más satisfacción»

En la tele es otro rollo, pueden entrar, maquillar, cortar etc.. Lo que es cierto es que a la hora de interpretar en teatro como cuando me dicen acción en la televisión, mis sensaciones son las mismas, de disfrute por lo que hago. Igual por comodidad es mejor el teatro porque la tele te exige más tiempo. También es verdad que el teatro es impepinable; si te pones malo en la tele te pueden cubrir pero en el teatro tienes que estar. Eso sí, últimamente están de moda las tomas falsas y te dejan en evidencia con los fallos. Está muy bien que la gente vea que hay mucho trabajo detrás y que los actores se equivocan.

P: Hablemos de la obra ¿Qué vemos en «La puerta de al lado»?

Dos personas entradas en los 40 con una vida social y laboral más que resuelta pero que tienen una carencia, sobre todo en el caso de ella, más por su personalidad. Ambos buscan el amor real y se meten en páginas web dedicadas a este asunto con la buena o mala suerte de que el amor real que les hace despertar de ese letargo amoroso lo tienen en la puerta de al lado. Y que además no tiene nada que ver contigo. Si que es verdad que estas redes te preguntan lo que te gusta y al final, acabas definiendote a ti mismo. La obra te hace preguntarte si las cosas que cuestan son las que te otorgan más satisfacción, descubrir si las cosas que te complican, que parecen imposibles, de mundos distintos, son las que merecen la pena. Un poquito de pelea compesa por conocer al otro.

P: Y es que es un tema que está de moda. Meetic, E-Darling o programas de televisión como First Dates. Pablo, ¿Se puede ligar por Internet?

R: Está claro que sí. Conozco mucha gente que ha conocido pareja o pareja de una noche en este tipo de redes. Es una nueva forma de conocer gente que a mi me ha pillado un poco mayor, yo ya estaba instalado y no he tenido que recurrir a ella. Existe, está ahí y va a ir a más.

«Internet mata el cortejo, el contacto inicial. Al final lo importante es que haya feeling cuando estás cara a cara con la otra persona»

P: Sin embargo, ¿Cómo afecta esto a las relaciones personales?

R: Lo que mata un poco internet es el cortejo inicial al que estábamos acostumbrados, el hablar, pedir salir, etc... Las redes dan mucha libertad, estas tirado en tu casa en el sofá escribiendo lo que te apetece. Te protege y te permite lanzarte. Pero al final vais a quedar y si se te da mal, se te va a dar mal igual. Luego resulta que has estado escribiendo lo que la otra persona quería oir pero si en el face to face no eres tan rápido. En resumen, las redes sociales adelantan unos pasos pero la realidad manda y lo importante es que haya feeling.

P: Tu personaje más popular, Amador de «La que se avecina» es bien distinto al papel que interpretas en «La puerta de al lado»

R: Es todo lo contrario. Comparten algunas aristas, ambos están cerca de los cuarenta años y también les gusta estar con gente, salir, conocer mujeres, pero nada más. Las principales diferencias son que este es un tipo con posibles, con una situación laboral buena y sabe hablar. Parten de puntos completamente opuestos y precisamente por eso acepté el papel. Amador no busca el amor, busca una relación aquí te pillo aquí te mato y mi personaje aquí busca el amor. El punto de partida es opuesto y el objetivo era darle algunos matices de Amador pero sin que tuviera ninguna referencia. Crítica y público han coincidido en que así es y me hace feliz ver que la gente se ríe desde otro punto de vista, no solo de Amador. Me ha servido para saber que puedo levantar más personajes, hay más vida después de Amador.

P: ¿Cómo compaginaste la serie con el rodaje de la serie?

R: Estuve a piñón con ambas cosas. Sesión de mañana de tele, tarde de teatro y estudiar al llegar lo del día siguiente de la tele. Fue una locura. Pero ahora que hemos arrancado la gira solo será fines de semana y así no se pisan las dos cosas. Ha sido muy duro y tenía que cumplir en los dos sitios y apenas dormía tres o cuatro horas. En el futuro repetiré teatro pero lo haré de forma que me cuadren los horarios. Si hubiera tenido solo la obra, hubiera disfrutado mucho más el proceso.

P: Y por último ¿Qué tal tu relación con tu compañera, Silvia Marsó, y con el director, Sergio Peris-Mencheta?

R: Con Silvia nunca había trabajado y con Peris tampoco. Sin embargo, a Sergio si que le conocía por sus obras de teatro, porque le he seguido y me parece muy interesante, tiene sello. Las cosas que he visto suyas me han llegado. En todas tenía una cosa especial, una forma de hacer teatro novedosa. Además se le nota que es actor y tiene mucha capacidad de analisis. Entiende los resortes y los mecanismos para conseguir lo que el quiere. A Silvia tampoco la conocía. Somos actores totalmente distintos, tanto por trayectoria como por lugares de origen, pero al hacer personajes que no se entendían hemos tenido que llegar a acuerdos y gracias a ello ha favorecido la relación amor-odio que se ve en la obra.

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