Teatro

Alberto Velasco: «Me gustaría que el espectador salga con ganas de empatizar con la humanidad»

El director de escena e intérprete vallisoletano estrena en el Teatro Calderón su último montaje, «Escenas de caza»

Una de las escenas del nuevo montaje del vallisoletano Alberto Velasco, «Escenas de caza» ILDE SANDRÍN

H. DÍAZ

Vencido el miedo «por la responsabilidad de tener que hacer un montaje que igualase o superase» lo que supuso «Danzad Malditos», Premio Max al Espectáculo Revelación en 2016 , Alberto Velasco echó mano de una antigua agenda y allí observó que tenía reseñada la película «Escenas de caza en la Baja Baviera» (Peter Fleischmann, 1969), que años atrás le había llamado la atención por ser uno de los primeros films que hablaba en el cine de la represión homosexual. Entonces, lanzó a su compañía la propuesta y «les encantó. A todos nos tocaba algo», señala el intérprete y director de escena vallisoletano.

De esta manera, Alberto Velasco apostó por volver a versionar una referencia cinematográfica para denunciar en escena un problema de ayer y de hoy, «lo fácil que es a la sociedad hacer oídos sordos y mirar para otro lado cuando se persigue a alguien que es diferente». «‘Escenas de caza’ podría ser el título de cualquier escenario de nuestra España contemporánea, donde está el acoso a la orden del día». Una situación que, en opinión del artista, se ha acentuado con la llegada de las redes sociales: «Si antes se quedaba en el tú a tú y el acosado podía escapar en su casa, ahora incluso hemos llegado a invadir la intimidad de las personas».

En «Escenas de caza», cuyo estreno absoluto es este sábado en el Teatro Calderón de Valladolid , Velasco vuelve a recurrir de la mezcla de géneros: danza, plástica... Y añade una dificultad, ya que cada representación le toca a uno de los intérpretes afrontar el papel de perseguido tras haber resultado elegido por un simple juego infantil de azar: «Al final, todos los actores se han tenido que aprender todos los papeles para que la historia se siguiese contando con la misma potencia. Para ellos es un trabajo enorme, pero a la vez les hace estar en un estado de alerta muy cercano a lo que es la vida cotidiana», explica el director de escena vallisoletano, a quien le gustaría que el espectador saliese «emocionado y con ganas de empatizar con el resto de la humanidad, de abrazar al de enfrente».

Confiesa Velasco que poco o nada le ha cambiado la vida tras los dos Max de 2016, aunque sí le supuso una «inmensa alegría» el «sentirnos queridos por la profesión». Al Calderón, que colabora en la producción, le está agradecido y confiesa sentirse «emocionadísimo» por estrenar «en casa».

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