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La esclusa de Frómista, una de las más bonitas de todo el recorrido - ABC
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El agua que nos une, un Canal de doscientos años

La Diputación Provincial de Palencia persigue consolidar la infraestructura hidráulica como una seña de identidad cultural

Palencia Actualizado: Guardar
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El Agua que nos une fue el título bajo el que se celebró en Palencia el III Congreso Internacional del Canal de Castilla, allá por el mes de octubre de 2010, que vino a cerrar las actuaciones del Plan de Excelencia Turística del Canal y a través del cual se ponía de manifiesto la necesaria unión y coordinación entre las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, en torno a un proyecto común, y a un recurso único y singular.

Hoy el agua que nos une, vuelve a ser el eslogan, el mensaje que la Diputación de Palencia quiere recuperar para poner el acento en él, y completarlo con su vínculo a nuestra historia, a la de sus gentes y al espíritu de la Ilustración en un territorio amplio y diverso como es el castellanoleonés; porquedesde su nacimiento, en Alar del Rey, y a lo largo de 207 kilómetros de discurrir de Norte a Sur, el Canal de Castilla surca los territorios de tres provincias, y de 38 municipios de Castilla y León, que configuran un recorrido con verdadera identidad cultural.

El Canal nace en Alar del Rey, al norte de Palencia
El Canal nace en Alar del Rey, al norte de Palencia - ABC

Varios centenares de kilómetros en las llanuras castellanas son recorridos desde el siglo XVIII por la obra de ingeniería hidráulica más famosa de España, el Canal de Castilla, declarado Bien de Interés Cultural en 1991, en la categoría deConjunto Histórico. En el momento de su construcción fue un eje de comunicación innovador para el desarrollo económico del país, de él dijo Jovellanos, es la más importante y gloriosa empresa que puede acometer la nación. En la actualidad, y perdido el uso inicial, el Canal de Castilla sigue constituyendo un recurso económico para Castilla y León, vinculado al regadío y el abastecimiento de agua para las poblaciones ribereñas (incluidas las ciudades de Palencia y Valladolid); además de la incorporación en las dos últimas décadas de usos recreativos, deportivos y turísticos, que animan a la actividad empresarial de las localidades que atraviesa.

Pero sin duda, el auténtico valor del Canal de Castilla radica en su contenido cultural, porque configura un verdadero museo al aire libre. Dársenas, acueductos, esclusas, arcas y arquetas de riego, postes leguarios, casas de escluseros, molinos y fábricas de harina, puentes, presas y almacenes nos hacen reflexionar sobre lo que fue, el espíritu de quienes lo hicieron posible y la necesidad de avanzar en su proyección y conservación.

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