Pago Valle de los Molinos: las ovejas de los quesos de oro

Esta quesera de Los Yébenes (Toledo) no para de conseguir premios. La clave: la materia prima y una fórmula secreta en su alimentación

Ovejas de raza Lacaune de la ganadería de Pago Valle de los Molinos ABC
Mariano Cebrián

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cuando su abuelo compró hace casi cuarenta años en Los Yébenes (Toledo) la finca que hoy da nombre al Pago Valle de los Molinos, Jesús Alonso Gómez, responsable de esta empresa, no era ni siquiera un proyecto de vida. Pero lo que estaba claro es que este joven de 29 años, descendiente de una gran saga de empresarios al frente de los famosos Almacenes León en Toledo , estaba predestinado a hacer algo grande. Y vaya si lo está consiguiendo, ya que los quesos que elaboran en ese pago no paran de conseguir reconocimientos allá donde van.

Jesús es el depositario de los conocimientos transmitidos por su abuelo, León Gómez Alonso —el patriarca de esta saga de empresarios—, y por su padre, Emilio Alonso Balmaseda, quien es el que cogió desde el principio las riendas. La finca, según explica el joven empresario a ABC, era de primeras un terreno de secano dedicado a la caza, pero su padre la fue transformando poco a poco, sustituyendo los cereales por los cultivos leñosos. «Animado por su pasión por la agricultura y la ganadería, cambió el sistema de producción y fue pionero en plantar en la zona el olivar en seto, y en 2005 nogales, cuyos frutos, las nueces, son la primera pata de nuestro proyecto», relata Jesús.

La segunda pata del Pago Valle de los Molinos, que es en el que está enfrascado ahora mismo Jesús, es el queso y el tercer eslabón de la cadena es el aceite de oliva. Hace unos 30 años, su padre se asoció con un grupo de ganaderos de Los Yébenes, pero luego se separaron y algunos retaron a su progenitor a ver si podía sacar él solo adelante la cabaña ovina que poseía. «Empezamos con ovejas manchegas, pero a finales de los años 90 introdujimos la raza francesa Lacaune y, después de tener que sacrificar la ganadería en 2005, volvimos a comprar otra el siguiente año», cuenta el responsable del proyecto quesero.

Jesús Alonso Gómez, responsable de Pago Valle Molinos, con su ganadería de ovejas Lacaune ABC

Emilio tenía desde el principio el objetivo de revalorizar el queso como uno de los productos estrella de Pago Valle de los Molinos, pero para ello quería esperar a que su hijo terminara su formación como ingeniero agrónomo y empresario para encargarse de la producción y comercialización, «ya que el campo requiere mucho tiempo y dedicación», apunta Jesús. De este modo, 2015 fue el año en el que coincide la finalización de sus estudios y el salto de calidad del proyecto.

Sin embargo, al principio no todo fue de color de rosas. «Las primeras veces que salí a vender mis productos, volvía a menudo a mi casa llorando porque no sabía cómo tenía que hacerlo», recuerda Jesús, quien da la clave del éxito de sus quesos: una buena materia prima y la fórmula secreta con la que alimentan a las ovejas, en lo que todo el mérito recae en su tío, que es el nutrólogo. «El cambio de concepto con respecto a otros queseros es que comenzamos a elaborar nuestros quesos en la ganadería, lo que da unas ventajas competitivas enormes. Criamos a nuestras ovejas del mismo modo que se crían los cerdos ibéricos», afirma.

Numerosos premios

Fruto de todo este trabajo es que los quesos de Pago Valle de los Molinos están comenzando a ser reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. De hecho, en noviembre del 2017 aterrizaron por primera vez en Londres para participar en el World Cheese Awards, el certamen más prestigioso del mundo sobre este producto. «Llevé algunas muestras y, ante mi sorpresa, vi dos de mis quesos calificados como ‘super oro’, elegidos entre los 60 mejores del mundo . De hecho, nuestro queso curado al romero fue seleccionado entre los 16 que participaron en la gran final del campeonato, consiguiendo finalmente la 14ª posición», señala Jesús.

Los dos quesos premiados en el Salón Gourmet del 2018 ABC

Lo llamativo del asunto es que ese queso curado al romero tiene tan solo un año de vida porque, recién hecho, el responsable de Pago Valle de los Molinos lo presentó de exhibición al Salón Gourmet del 2017, donde algunos clientes ya se dieron cuenta de su calidad. Y un año después, ese queso y un semicurado han vuelto a triunfar con dos premios en el concurso de esta feria en Madrid. Por algo será que a sus ovejas comienzan a llamarlas las «de los quesos de oro».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación