Los padres son un problema

La situación, estimado lector, usted ya la conoce, sobre todo si es padre y tiene hijos que practican algún deporte, en especial el fútbol. Lo que pasa es que este caso es noticia porque los monitores del Instituto Municipal de Deportes (IMD) de Mora se han hartado de tragar y han dicho «basta ya».

Basta «de padres que insultan a niños rivales, árbitros, compañeros y monitores de sus propios hijos». Basta «de padres que bajan al campo de fútbol desde la grada, formando espectáculos con amenazas y llevándose a sus hijos de mala manera». Y basta, hasta ahí podíamos llegar, «de grabarnos a escondidas».

«No es una situación exclusiva de Mora, sino de la sociedad en general; solo que los monitores de Mora han sido valientes.

Yo voy a cualquier campo de fútbol y es una vergüenza, da igual que sean chavales que profesionales. En Mora pasa lo mismo que puede pasar en Orgaz, Villacañas o Toledo. Es una situación preocupante a nivel nacional», dice una madre que prefiere no identificarse.

Esta semana, los monitores del IMD se plantaron ante «la situación de presión, malestar e indignación con la que trabajamos» y enviaron un escrito a los medios de comunicación para denunciar el «ambiente insoportable» con el que conviven. Quizá el último despropósito, el que acabó con su paciencia, fuera que dos padres se pegaran o que otro bajara al vestuario para echar en cara al monitor el porqué sacó a jugar a tal niño, que si «hemos perdido por su culpa», y así una detrás de otra. ¡Qué más da el incidente cuando hace tiempo que se perdió la educación!

Los monitores decidieron suspender los entrenamientos del lunes al miércoles pasados, y fueron a puerta cerrada desde el jueves y durante la semana que viene. Mientras tanto, se han reunido con el Ayuntamiento para intentar parar el dislate. De momento, explica el coordinador de fútbol, Francisco Javier de Mora, van a intentar «organizar un régimen interno de comportamiento», y a ver qué pasa.

En el IMD de Mora juegan al fútbol casi 300 chavales. Desde chupetines (niños de cuatro y cinco años) hasta cadetes (de catorce y quince años). El coordinador dice que son «pocos los padres» con esas lamentables actitudes, porque «si fueran todos, esto sería una locura». Sin embargo, De Mora también asegura que «raro es el equipo en el que no haya alguno que no se se haga notar...».

Para la madre anónima que se ha prestado a hablar con ABC, «el fútbol es un deporte tan mayoritario que parece que todos entendemos; es gratis opinar y aún más si es nuestro hijo». Esta mujer hace una analogía con los colegios y deja una reflexión para que a alguno le dé por pensar: «Recriminamos cosas a un entrenador que jamás se nos ocurriría decir a un docente. Bueno, rectifico: hoy en día también nos metemos con la forma de trabajar de un profesor».