«Con las redes sociales, el buen periodismo es más necesario que nunca para contrastar lo verdadero»
Gregorio Marañón gana el premio de periodismo Mariano de Cavia, de ABC
-¿Qué supone para usted recibir el premio de periodismo Mariano de Cavia, que entrega el diario ABC?
-Me siento muy honrado por el premio, que es el más relevante en el ámbito del periodismo español.
-¿Ha sido una sorpresa?
-Aunque había presentado hace meses mi artículo al premio, no esperaba ganarlo, y tampoco sabía quiénes componían el jurado ni cuándo se fallaba. En este sentido, sí ha sido una gran sorpresa.
-Su padre también lo recibió, y ahora usted toma el testigo. ¿Qué opina del periodismo de hoy?
-Respeto tanto la profesión de periodista, tan esencial para nuestra democracia, que, sinceramente, no me atrevo a considerarme uno de vosotros. Como articulista sí ejerzo, intentando abarcar todas las cuestiones por las que me intereso, que son muchas. Y, entre ellas, por supuesto Toledo.
-¿Ha perdido el periodismo compromiso y objetividad con la deriva de los acontecimientos políticos y la influencia de gobiernos?
-Como es natural, el periodismo admite muchísimas especializaciones, incluso vocaciones, diría yo. El seguimiento de la política es una de ellas.
-¿Cree que las redes sociales han contribuido a desvirtuar la forma y el fondo del periodismo clásico?
-El periodismo está adaptándose a la era digital, día a día. Otra cosa son los fenómenos de las redes que, incomprensiblemente, carecen de cualquier regulación. Por un lado, suponen una vía muy eficaz de participación ciudadana, pero también se utilizan torticeramente para mentir y difamar amparándose en el anonimato. Por ello, el buen periodismo es más necesario que nunca para poder contrastar lo que es verdadero.
-En su artículo premiado, «La desmemoria que no cesa», alaba el papel de la Transición en la reconciliación de los españoles. Ahora hay un nuevo frente, Cataluña.
-Se han cometido errores políticos importantes. Por ejemplo, la cuestión peor resuelta de la Transición es la vertebración territorial del Estado que en la Constitución quedó abierta, propiciándose un proceso descentralizador sin fin. Algunos llevamos años pidiendo una reforma de la Constitución para abordar esta cuestión capital para nuestra democracia. También ha sido una equivocación la transferencia de las competencias en educación a unas administraciones regionales desleales con el Estado. Pero la responsabilidad de lo que ha sucedido y sucede en Cataluña es solo de los secesionistas que han atentado contra el Estado de Derecho.
Noticias relacionadas
