ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHAe

La difícil formación de los partidos

Los orígenes de la Transición en la provincia de Albacete

POR ALFONSO GONZÁLEZ-CALERO

Los estudios sobre nuestra historia más reciente (franquismo y transición) están alcanzando un muy buen nivel de desarrollo, y en ellos la provincia de Albacete es pionera dentro de nuestro marco regional; a ello no es ajena en modo alguno la existencia del Seminario de Estudios de Franquismo y Transición (vinculado a la UCLM); con sus investigaciones, congresos de ámbito nacional, publicaciones, etc.

Este libro que ahora comentamos se debe al trabajo de un joven investigador perteneciente a dicho Seminario, Sergio Molina García , nacido en Fuente Álamo (AB), en 1991 y vinculado laboralmente a la propia UCLM.

Su objetivo es aparentemente sencillo: «Analizar el nacimiento de las principales estructuras políticas durante la Transición» en esta provincia. Y para ello se centra en el estudio de los dos grandes partidos hegemónicos en ese periodo (1976-82): UCD y PSOE.

El trabajo analiza similitudes y diferencias entre ambas formaciones; así, mientras el PSOE se nutre de viejos militantes sobrevivientes de la Guerra Civil, conectados con jóvenes activistas, la UCD se forma con algunos cuadros profesionales y registra ciertas dificultades en los primeros momentos dado que el gobernador civil no simpatiza con sus planteamientos reformistas sino más bien con los nostálgicos del franquismo. En ambos casos (pero con mayor intensidad en UCD) fue muy relevante la presencia de «paracaidistas» enviados desde Madrid para consolidar las incipientes organizaciones.

Destaca el autor cómo en primera fase (1977-79) se da un mayor peso de la militancia y el activismo voluntarista , mientras que a partir de 1979 gana la partida lo que llama «la profesionalización de la política» que en el caso muy sintomático del PSOE se manifiesta en el PSOE: capacidad estratégica de Juan de Dios Izquierdo y carisma político de José Bono, que formaron un dúo imbatible, hasta que esta unión saltó por los aires por su enfrentamiento personal.

El PSOE aprovecha este núcleo muy preparado de dirigentes, a lo que une un discurso basado en la extensión del estado del bienestar y se sirve también de la menor implantación social de la UCD, pese a contar ésta con los resortes del poder.

Una vez que en 1982 los socialistas alcanzan el poder en todos los ámbitos territoriales (nacional, provincial y local, y poco después, 1983, también en el autonómico) lo que hasta ese momento había sido un sistema de bipartidismo se convierte en una hegemonía casi absoluta del PSOE , que durará hasta los primeros años del nuevo siglo.

El autor dedica sus últimos análisis a estudiar la conformación del sistema de partidos y la pervivencia en él de gérmenes poco democráticos: el control absoluto por parte de los grupos dirigentes en cada momento y el escaso peso de la opinión de los militantes. Señala también cómo en muchos casos los partidos acaban «engullendo» a muchos activistas de los movimientos sociales, con lo que la auténtica participación ciudadana resulta bastante mermada. No obstante, frente a los populismos que desprecian el sistema de partidos el autor lo defiende aunque entiende que son manifiestamente mejorables en su funcionamiento.

En resumen, un buen trabajo que aclara páginas interesantes de nuestra historia reciente y que sería deseable pudiera extenderse al resto de provincias de nuestra Región y a ésta en su conjunto.

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