«Los guardianes del bosque» (2016)
«Los guardianes del bosque» (2016)

«La creatividad es necesaria para construir personas críticas»

La artista Carmen Alvar expone «Haciendo Memoria» en Cuenca hasta el 7 de agosto

Toledo Actualizado: Guardar
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En «Haciendo Memoria» (Museo de Obra Gráfica de San Clemente, Cuenca, de la Fundación Antonio Pérez hasta el 7 de agosto), la artista Carmen Alvar (Madrid, 1989) trata la posguerra civil española a través de objetos encontrados, como fotografías o fragmentos orgánicos. Les da una segunda vida para contar historias que no deberíamos olvidar.

—Sus padres son médicos y su abuelo Manuel Alvar fue filólogo. ¿De dónde le viene la vena artística?

—En mi familia siempre ha habido mucho interés por el arte. A mi madre le encanta la Historia del Arte y mi padre es muy buen dibujante. Fue él quien comenzó a llevarme desde pequeña a la academia de dibujo y pintura a la que asistíamos juntos. Desde entonces hasta el examen de ingreso para Bellas Artes, estuve yendo durante largas temporadas.

Solemos tener como actividad familiar la visita a exposiciones. No hay nadie como mi familia que pueda seguir el ritmo de museos que tengo. Poder compartirlo con ellos es de un valor incalculable.

—Antes de comenzar sus estudios en Bellas Artes, ya ilustraba libros. Un artista, ¿nace o se hace?

—Creo que es cuestión de dedicarle tiempo a lo que te gusta, ser constante. Uno puede tener mayor o menor capacidad para, por ejemplo, tocar un instrumento. Pero, si disfruta haciéndolo y es persistente, la mejora es indudable y la recompensa es enorme. Pasa lo mismo con el resto de artes. Pero, como en todo, hay personas con mayor facilidad para este tipo de trabajos. Por ello, pienso que es esencial empezar a desarrollar la creatividad desde la infancia. Ser un ente creativo te da distintas visiones sobre la vida, te hace plantearte las diferentes posibilidades que hay y creo que la creatividad es necesaria para construir personas críticas.

Carmen Alvar, en su taller en Cuenca
Carmen Alvar, en su taller en Cuenca - Mara Ona

—También ha ilustrado discos y cartelería. ¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?

—Mis referentes son muy variados, desde la pintura o la instalación, pasando por la música y la literatura, hasta la influencia de la propia naturaleza. Depende un poco de la fase en la que nos encontremos mi trabajo y yo, y los temas que esté desarrollando. Si tuviese que elegir un grupo clave al que siempre he admirado, y con el que mi forma de pintar guarda estrecha relación, señalaría al Equipo Crónica, que además ilustraron numerosas carátulas de vinilos. En el caso de los discos y los libros, he tenido mucha suerte, porque los textos que me proponían ilustrar eran muy visuales y sugerentes, y enseguida me imbuían en una profusión de imágenes A la hora de ilustrar canciones, suelo seguir un procedimiento de lectura, escucha en bucle del tema mientras anoto palabras y frases que puedan evocarme un conjunto final. Se podría relacionar con el resto de procesos creativos que sigo bajo la técnica del collage, que se convierte en un ritual de juego con ese material.

—¿Qué encontrará el visitante en «Haciendo Memoria»?

—Es una invitación a reflexionar sobre nuestro pasado a través de pequeños retratos, que cuentan diferentes historias sobre la posguerra en el contexto de la naturaleza y la situación de la mujer.

—¿Somos, por lo general, olvidadizos?

—Se puede ver como olvido, como abrir heridas o como falta de querer hacer memoria, por eso la exposición se llama así. El pasado hay que tenerlo presente para hacer futuro.

—¿Por qué ha elegido Cuenca para exponer? ¿Por qué el museo que lleva el nombre de Antonio Pérez?

—Hace cuatro años hice una excursión a Cuenca desde Valencia con unos amigos del máster. Hacía mucho frío y nos resguardamos en un edificio que resultó ser un museo lleno de tesoros. Era la Fundación Antonio Pérez, dedicada al objeto encontrado. Me sedujo el tema y empecé a investigar sobre ello. Actualmente, estoy terminando la tesis doctoral sobre vanguardias artísticas que emplearon los objetos como materiales. Antonio Pérez es, sin duda, un referente como artista y admiro mucho cómo supo crear una gran amistad con Saura y Millares, que tienen una presencia enorme en el museo. A Antonio le encanta señalar que su colección comenzó cuando era niño en los bolsillos de sus pantalones de pana. Realmente, es una persona mágica.

—¿Dónde está el fuerte de Carmen?

—El sentido de mi trabajo está orientado al arte como una herramienta crítica y de reflexión. Cuando tomé conciencia de ello, comencé a realizar instalaciones mirando al pasado. Quería llamar la atención sobre la guerra y sus víctimas, y también reflexiono sobre ello en «Haciendo Memoria».

«Escondidos» (2016)
«Escondidos» (2016)

—Si le digo MoMA, ¿es un sueño para usted poder exponer allí?

—En realidad, ni me lo he planteado, pero… ¿dónde hay que firmar? El MoMA sería maravilloso, claro. Pero sí es verdad que con el tema que estoy tratando ahora, de ámbito nacional, sería mucho más coherente exponer en el Museo Reina Sofía (continuando en la línea de grandes instituciones), donde hay una sala titulada «Guernica y los años treinta», con muchos de mis referentes.

—En España, ¿puede vivir de sus exposiciones un licenciado en Bellas Artes?

—Cuando uno empieza a estudiar la carrera de Bellas Artes, sabe que no va a ser un camino de rosas, por ello hay que esforzarse y una forma de hacerlo es presentarse a convocatorias para visibilizar el trabajo plástico. En la actualidad no vivo de la parte creadora pero también me resulta importante la base teórica del arte y por tanto la investigación y la docencia forman parte de mis objetivos profesionales.

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