¿Qué esconde el Palacio de Fuensalida?

El Palacio de Fuensalida , sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha, ha recibido un total de 35.000 visitas , a la vez que coincide con el segundo aniversario de su apertura tras cerrarse durante la legislación pasada. Según ha recordado la Junta en un comunicado, «la apertura del histórico edificio es fruto de la decisión del Gobierno de Emiliano García-Page, enmarcada en la apuesta por la transparencia y por acercar las instituciones a los ciudadanos».

Por ello, desde el 31 de agosto hasta el 31 de diciembre de 2015, el Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha, ha recibido 10.000 visitas , en 2016 lo visitaron 16.000, mientras que en el año en curso ha recibido un total de 9.000 visitantes. De estas, 1.500 han sido visitas de centros escolares y asociaciones «dentro de la programación que establece el Gobierno regional para este tipo de visitas». Asimismo, es «un espacio totalmente integrado en la vida cultural toledana y, de hecho, ha formado parte de la Red de Patios Toledanos que se engalanan y se pueden visitar en la Semana Grande del Corpus Christi».

El horario del Palacio es de 10.00 a 14.00 horas y también se puede concertar una visita guiada para grupos mediante la página web de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Además, el edificio, situado en la Plaza del Conde, junto a la iglesia de Santo Tomé, es el lugar de celebración de los plenos del Consejo de Gobierno.

Desde Garcilaso de la Vega, El Greco o Lope de Vega , son algunas de las figuras históricas relacionadas con el Palacio de Fuensalida. Aunque se destaca especialmente a Carlos I y su esposa la emperatriz Isabel de Portugal, madre de Felipe II.

«La fachada del palacio es de fábrica de mampostería encintada y pilastras de ladrillo y su austeridad no revela el refinamiento del interior. Sus estancias enfrentadas se abren a un gran patio porticado de estructura rectangular, dispuesto en dos alturas y destaca la potencia, estilismo y brío de sus dieciséis pilastras octogonales coronadas por capiteles, decorados con cabezas y escudos de las familias Ayala y Castañeda», según la nota de prensa.

En último lugar, «el edificio, con salones y estancias decoradas a base de yeserías mudéjares y con grandes artesonados, tras su proceso de rehabilitación, ha procurado recuperar con la mayor pureza posible, lo que fuera el primitivo palacio».