«Muchos clientes siguen llamando a la puerta de Caja Rural, y eso es algo a reseñar»

En su segunda asamblea general como presidente, Javier López destaca los principales hitos de la entidad tras otro ejercicio con resultados positivos

El presidente de Caja Rural de Castilla-La Mancha durante la etnrevista Ana Pérez Herrera
Antonio González Jerez

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Usted dijo cuando tomó posesión como presidente de Caja Rural Castilla-La Mancha a finales de octubre de 2016 que aunque el listón estaba muy alto no iban a cejar hasta ser la mejor Caja Rural de España, ¿los resultados que hoy se presentan a la Asamblea sustentan esa afirmación?

Nuestro objetivo permanente es querer ser los mejores para nuestros clientes, en todo el ámbito de actuación donde operamos, y esta finalidad es la que nos mueve día a día, también de cara a los nuevos clientes que puedan surgir en los territorios donde nos estamos implantando. Otra cosa es llegar a ser los primeros por tamaño y rentabilidad, que también estamos en una situación privilegiada. Somos la tercera caja rural a nivel nacional y, bueno, no hemos hecho otra cosa que seguir trabajando en la línea que lo venía haciendo esta entidad, y creo que nos ha dado unos resultados excelentes. Hemos mejorado nuestros resultados en un 4,08 por ciento y hemos tenido unos beneficios de 26,5 millones. Eso ratifica que la Caja está en un buen momento, pero no por fruto del azar, sino del trabajo y del esfuerzo de una plantilla que cada día trabaja con unos objetivos muy claros, con mucha ilusión y motivación, y de un equipo directivo que sabe llevar este barco de la mano de nuestro director general hacia donde pretendemos, que es un interés muy particular: el de nuestros socios y nuestros clientes.

Para los no muy duchos en la terminología financiera, ¿cuáles son a su juicio los aspectos del balance que mejor reflejan la buena salud y la buena marcha de la entidad que preside?

Creo que los principales datos son los de solvencia. Tenemos un capital de 17,01 por ciento frente al 15,95 que nos exigieron en 2016, y un ratio de solvencia total de 18,03. Creo que son datos muy importantes, pero hay otro que nos gusta reseñar: el ratio de morosidad, que está por debajo del 3 por ciento, y por tanto muy por debajo de la media del sector. Somos muy rigurosos en la concesión de créditos, pero también eso nos da una seguridad y una garantía de que el dinero de nuestros socios y clientes está a buen recaudo, y de que se gestiona de manera muy eficiente y objetiva.

¿Qué significa, por ejemplo, que hayan crecido en préstamos hipotecarios y en número de clientes?

Crecer en número de créditos hipotecarios significa que ofrecemos un buen producto y damos un buen servicio. Creo que los clientes y los propios socios, cuando están a gusto con su entidad, por esa cercanía y trato, continúan vinculados a la misma. Es verdad que seguimos batiendo récord en préstamos hipotecarios, pero también en clientes, que a veces hay que buscarlos y otras veces vienen. Nosotros tenemos la gran suerte de que muchos de los clientes siguen llamando a la puerta de Caja Rural Castilla-La Mancha, y eso es algo a reseñar, porque, como se dice, algo tiene el agua cuando la bendicen.

Seguridad financiera

Caja Rural Castilla-La Mancha siempre ha sido muy celosa de la seguridad, en el sentido de tener unos cimientos que no den lugar a ningún tipo de temblor en sus estructuras. ¿En qué se basa esa estrategia y esa política interna?

El sector financiero ha pasado unos años muy complicados, de crisis, que se ha llevado muchas entidades por delante, y nosotros creo que hemos estado mirando desde la tribuna, ya que hemos tenido, insisto que no por suerte sino fruto del trabajo, esos cimientos sólidos. ¿Cuáles son los criterios a seguir? Pues por ejemplo esa política rigurosa de la concesión de créditos. Somos una entidad humilde pero grande. Sabemos cuál es nuestro objetivo, y queremos tener una casa construida sobre cimientos muy sólidos para que dure muchos años, y sobre todo para que nuestros socios y clientes estén muy tranquilos.

Ustedes siempre han destacado en Caja Rural su vocación de cercanía, cara a cara con el cliente, pero también se apuesta por las nuevas tecnologías. ¿Cómo se conjugan ambas formas de relacionarse con el cliente? ¿Qué está pesando más ahora?

Estamos viviendo la época de la digitalización y de los sistemas informáticos on line, y creo que es importante y necesario estar a la altura. Nuestro director general insiste mucho en que son commodities, que si no las tienes las compras. Caja Rural Castilla-La Mancha está a la vanguardia de la digitalización: la mitad de nuestros clientes ya operan mediante la vía digital, con un incremento de 46.000 clientes digitales en 2017. Durante el ejercicio 2017, los más de 200.000 clientes de banca digital realizaron 68 millones de transacciones, lo que representa unas tasas de crecimiento anuales superiores al 46%. Pero si algo pone más en valor nuestra entidad y nos diferencia del resto es la cercanía. Nuestros empleados conocen a los clientes que pasan por la puerta, que viven en sus zonas, en su ciudad, en su pueblo, y eso marca diferencia. Ese es un valor que en la Caja está muy arraigado y desde luego no vamos a renunciar a él.

Estamos acostumbrados a ver que otras entidades amortizan muchos puntos de atención al cliente y oficinas, en cambio Caja Rural anuncia nuevas aperturas. ¿Les es rentable esta política?

Nos es rentable, pero hay que ser muy consciente y nuestra visión estratégica no deja de mirar a prestar un servicio. Por tanto, observamos qué es lo que demanda la gente, y esta Comunidad y este país tiene muchos núcleos rurales e incluso urbanos pequeños. Hay que escuchar qué es lo que quiere el ciudadano, y lo que quiere es servicio. Otras entidades en su estrategia a lo mejor solo priman su cuenta de resultados, pero nosotros, como entidad de economía social, tenemos esa vertiente, y estamos muy atentos y pendientes de qué es lo que necesitan las personas. Por eso el hecho de abrir oficinas en núcleos donde otros están cerrando creo que honra a esta entidad, y vamos a seguir haciéndolo.

Lógicamente eso significa empleo, que es el principal problema de este país. ¿Qué números presenta la entidad en este apartado?

Seguramente seamos la única entidad financiera que crea empleo, porque los demás lo destruyen, y eso es una marca de valor de esta casa. Pero no es crear empleo por crearlo, sino porque hay demanda y necesidad de dar servicio a personas. Por tanto, qué cosa más bonita que, aparte de eso, creemos empleo con gente que está en el paro o viene de otras entidades. Eso es bueno para España y para Castilla-La Mancha. Hemos creado 400 empleos desde el inicio del Plan de Expansión en 2011 y, además, podemos decir con orgullo que la Caja se mantiene actualmente presente en 42 localidades como la única entidad financiera en dichas poblaciones, y con las cuales el compromiso de prestar un servicio bancario de calidad y puntero se encuentra plenamente vigente.

Además, sigue la política de expansión, ahora en la Comunidad Valenciana. ¿Hasta dónde se va a seguir?

De momento en la Comunidad Valenciana, y ya veremos más adelante. En todo caso, no deja de ser una situación que ya se viene estudiando y analizando desde hace años, porque incluso en la anterior etapa, con la presidencia de Andrés Gómez Mora, se venía estudiando porque hay demanda. Hay población, tanto del mundo rural como empresarial, que necesita entidades cerca de sus núcleos de actuación y de su actividad económica. Después de un riguroso examen y análisis, porque no se trata de expandirse por expandirse, sino de dar rentabilidad a la estructura y al negocio, hemos creído conveniente abrir en la Comunidad Valenciana, y hoy por hoy estamos tremendamente satisfechos. Tenemos ya presencia en Valencia capital, en Alicante capital, y en localidades como Cañada, Salinas, Benilloba, Petrer, Pinoso, Sax o Elda. Llevamos un año con unas perspectivas tremendas. Siempre con la marca y el criterio que nos caracteriza, que es esa cercanía, ese ADN rural, al lado de las personas del mundo del campo y cooperativo, pero también de los sectores empresariales, industriales y de las propias administraciones.

Excesivas normas

Cuando hablamos del sistema financiero, ¿qué pesa más en estos momentos, la normativa del Estado español o la europea?

Llevamos unos años que estamos como los péndulos, y pasamos de un lado a otro. Creo que ha habido una hiperregulación en la que los propios reguladores ha llegado un momento en que han aumentado las normas demasiado, y eso disminuye la competitividad. Nosotros tenemos las mismas exigencias que puedan tener unas entidades sistémicas como puedan ser las primeras en tamaño de este país, e incluso de Europa. La regulación está bien, pero hay que dejar trabajar, porque si estamos dedicados solo a la interpretación y al cumplimiento de las normas a lo mejor perdemos la esencia de lo que es el servicio financiero.

De su experiencia de presidir una entidad que tiene miles de clientes, ¿cuál es su diagnóstico sobre la situación económica y social del ciudadano medio en esta región?

Castilla-La Mancha tiene su idiosincrasia, como es esa dispersión geográfica grandísima en los 80.000 kilómetros de su territorio. Nosotros estamos dando valor al sector primario, que en esta Comunidad es muy importante porque genera muchos puestos de trabajo y mucha economía, por supuesto sin renunciar tampoco a otros sectores empresariales. Creo que la economía está mejorando, que estamos prácticamente saliendo de esa maldita crisis que hemos sufrido, y poco a poco generando confianza en el consumidor y el ciudadano de a pie. En mi opinión, el ciudadano medio está cogiendo un poco de confianza en que la economía va a ir bien, que los puestos de trabajo se van a mantener, que van a recibir sus nóminas y van a tener para darse algún pequeño capricho. El último dato positivo al respecto es que la riqueza financiera neta de las familias y empresas españolas, que equivale a la diferencia entre los ahorros que acumulan y las deudas que tienen, se situó en 1,373 billones en 2017, un 3,8% más que los 1,322 billones del año anterior.

El sector primario

¿Qué sectores económicos ve con más futuro en estos momentos?

Siendo de esta tierra yo apostaría por el sector primario. Nuestras raíces son del campo y nacimos hace ya más de medio siglo para dar servicio a este colectivo, agricultores y ganaderos, y creo que se está haciendo un trabajo muy importante. Incluso la digitalización está llegando ya a algunos sectores agrarios y por eso creo que es un sector que debemos cuidar y que le queda mucho por decir. Las exportaciones de vino en CLM, por ejemplo, aumentaron un 34% en enero con respecto a 2017, y estas cifras hablan claramente del repunte del sector. También el colectivo empresarial está ayudando en gran medida a generar empleo y riqueza en nuestro país.

De la otra faceta de la entidad, como es su Obra Social, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención y qué destacaría de ella?

Nuestra Obra Social va dirigida a todo nuestro entorno, y por supuesto a todos los sectores más excluidos de la sociedad que pasan necesidad de educación, alimentación, cobijo o cualquier otra necesidad. A ellos dedicamos nuestra Obra Social. Pero también a los emprendedores de nuestro ámbito de actuación, a entidades con personas con capacidades diferentes. En 2017, la Fundación tuvo un total de 13.549 beneficiarios en programas dirigidos a entidades y personas del ámbito de la discapacidad, lucha contra la pobreza y la exclusión social, programas culturales y de ciencias, fomento del talento y el empleo e impulso del emprendimiento. También trabajamos mucho en la educación y formación de directivos de nuestra comunidad, apoyamos a la Universidad y a la mujer rural. Es decir, tocamos muchos sectores y vemos cuáles son las necesidades y las oportunidades que surgen, y sobre ello trabajamos. Creo que la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, con su gerente, Vicente Muñoz, a la cabeza, está haciendo un grandísimo trabajo, como se puede comprobar… Lo que no sé es cómo nos da tiempo a hacer tantas cosas en tan poco tiempo.

Usted procedía de un sector diferente y se ha tenido que empapar de la esencia de esta entidad, entre otras cosas de los orígenes del sector cooperativista. ¿Ya le ha dado tiempo a conocer la mayoría de cooperativas?

Me comprometí a visitar todas las cooperativas y bodegas que pudiese, y sí que hemos hecho un gran esfuerzo por hacerlo. Personalmente estoy muy satisfecho porque la gente ama y lucha por lo que han creado sus antecesores. Y como dije antes, creo que el cooperativismo tiene mucho futuro. Ellos están en un buen momento. Cuando salí elegido presidente tenían la duda de que no venía de este sector y creo que ahora ellos mismos pueden decir que me he acercado a ellos y les he ofrecido mi puerta abierta siempre para escuchar sus necesidades. La verdad es que cada viaje que hacemos a cooperativas venimos gratamente satisfechos. Nunca vamos a renunciar al mundo cooperativo y agrario, y ellos saben que cuentan con nosotros. Este presidente no venía del sector rural, pero este presidente es rural.

Un estudio reciente indica, además, que las exportaciones de las cooperativas de la región en los últimos años han crecido más del doble…

Si esta Comunidad ha mejorado su economía, en parte ha sido por la exportación y en parte por la exportación del sector primario. Tenemos unos productos como el aceite de oliva y el vino que son oro de nuestro campo. Creo que se está haciendo un gran trabajo, pero debemos incidir en la comercialización conjunta. Que las cooperativas tengan su entidad propia, pero que a la hora de comercializar y vender, cuanto más se unan creo que se pueden obtener mejores rendimientos. Por eso tanto el vino como el aceite de oliva, o frutos secos como el pistacho o también el almendro, son un tesoro de nuestra tierra que debemos aprovechar.

Dijo el día en su toma de posesión hace año y medio que aceptó el puesto tras una profunda reflexión. ¿Ha merecido la pena?

A eso tardo 0,1 segundos en contestar: por supuesto que ha merecido mucho la pena.

Ese reto supuso además sustituir a todo un emblema aquí como el anterior presidente, Andrés Gómez Mora. ¿Eso le asustó un poco o le sirvió de acicate?

Me sirvió de acicate porque siempre he sido una persona de retos. Cuando analicé y reflexioné sobre la posibilidad de presidir esta entidad, de verdad es que para mí ha sido y es un orgullo. He aprendido mucho de Andrés. Sabe que le quiero, le aprecio y le llevo en mi corazón. Tanto él como el equipo directivo de esta casa, y por supuesto mi director general, me han ayudado a ocupar el puesto que represento. Desde luego la representación legal de esta entidad es algo muy importante de lo que me siento tremendamente orgulloso. Además, es un honor presidir una entidad que tiene ya casi 80.000 socios.

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