Antonio Regalado

Fitur17, a lomos de Rocinante

Los premios a la calidad a los Ayuntamientos de Toledo y Almagro confirman que Castilla-La Mancha cabalga en la buena dirección por el universo del turismo

Antonio Regalado
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La Feria Internacional del Turismo (Fitur17) es la ventana más grande de la Marca España abierta de par en par al mundo. Cada edición es siempre mejor. Y diferente. El arte de conocer y descubrir nuevas personas y horizontes, cercanos y lejanos, nos reconcilia con la humanidad. Ifema-Madrid es siempre un viaje inesperado. Durante cinco días, profesionales y público en general, pueden visitar los cinco continentes recorriendo con paciencia y curiosidad todos los rincones de la tierra. Otro año más Hispanoamérica nos sorprendió con sus vivos colores, su ron y su café. El paso de las crisis por Venezuela, Brasil, Ecuador y Cuba confirma que la austeridad ha echado raíces profundas. Eso sí, nadie pierde la sonrisa. Y la falta de dólares se sustituye con amabilidad y otros acentos coloniales del castellano.

La UE ofrece patrimonio e historia mientras los países de Extremo Oriente y Pacífico ofrendan exotismo y seguridad al viajero occidental. Nueva York se vende solo y Canadá invita a que nos quedemos para siempre allí. Palestina nos abre su corazón e Israel apela a la innovación y el creacionismo. Egipto, despeja incertidumbres anunciando nuevos tesoros faraónicos enterrados en las laderas del Nilo. Y Turquía, Rusia y China se postulan al visitante como destinos para disfrutar en todas direcciones.

España es la tercera potencia mundial en la recepción de turistas tras Estados Unidos y Francia. Este año rondarán los 75 millones. Nuestro país, que despegó en los 60 ofertando sol y playa, ha ampliado sus servicios a la montaña, a la nieve, al turismo residencial, al monumental, al cultural, al festivo, --el colectivo gay (LGTB) era uno de los espacios más activos en el stand de Madrid-; y también se extiende al gastronómico, al de compras y al de placeres exclusivos. Una diversidad casi infinita.

Andalucía, el viaje soñado

En clave nacional, no seriamos ecuánimes si no empezáramos resultando la pujanza de Andalucía, que ocupa por derecho propio todo un pabellón. Las ocho provincias andaluzas cobijadas por la Junta tienen que emigrar a otras zonas próximas para acoger su mercado de ocio. Y no seríamos objetivos si no dijéramos que en esta edición, la imagen de Andalucía, siempre alegre y blanca, estaba huérfana de luz. Los pabellones de la Comunidad Valenciana, Cataluña («mucho folleto en español»), País Vasco, Aragón, Rioja, Asturias, Galicia («el buen camino»), Castilla y León («llegaron los recortes»), Extremadura, Murcia, («año jubilar de Caravaca»), Cantabria, Madrid, Islas Canarias y Baleares, Ceuta, Melilla… los pabellones, decía, reflejaban esa España diversa y hermosa que es nuestra patria. Aquí hay de todo.

«Cuenquear»

Castilla-La Mancha, se ha envuelto en la bandera de don Miguel y de don Quijote para reclamar que nuestra tierra encuentra sentido «en un lugar de tu vida». Repiten un año más slogan publicitario. Es bueno y convincente. No hay por qué cambiarlo. Pasé allí el mejor tiempo. Coincidí con la celebración del día de Cuenca. Creo, sinceramente, que el término digital «cuenqueando» es el mayor hallazgo publicitario para la ciudad de las casas colgadas. Las cinco provincias estaban dignamente representadas. Albacete, Ciudad Real, Cuenca Guadalajara y Toledo son increíbles por separado, pero juntas, siguen siendo el inmenso corredor –y corazón- por el que se va a todas partes.

La Junta de Comunidades ha insistido en potenciar la Ruta de don Quijote donde el viajero encuentra literatura, turismo, gastronomía, -Huelva releva a la ciudad imperial como capital del buen comer y del buen beber en 2017- y espacios arqueológicos, históricos y naturales (Segóbriga, Recópolis, Tembleque, Cabañeros, Hoces del Cabriel, Lagunas de Ruidera…) que convierten al turista en un viajero y, posteriormente, en un embajador del boca a boca para atraer nuevos amigos a estas tierras

Me conmovieron las gentes de Belmonte, -«el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha»-, ataviados a la vieja usanza «para no perder las tradiciones»; Pilar García y su marido José Luis, de Villaconejos de Frabague se turnaban fabricando cestos con mimbre conquense, «y no como las de los políticos», ironizaba Pilar; «Almagro recibió el premio Fitur al mejor destino turístico de calidad. Y el Ayuntamiento de Toledo ha sido galardonado con el Premio Nacional al Mejor Gestor del Sidted (Sistema Integral de Calidad Turística en Destino), otorgado por la Secretaria de Estado de Turismo. Enhorabuena a su responsable, Paloma Gutiérrez.

Y para que la promoción no se detenga, la Junta de Comunidades, entregó Los Premios «don Miguel de Cervantes» a cinco establecimientos de restauración de nuestra comunidad. Casa Apelio, en Los Yébenes (Toledo), por su ensalada de perdiz; Casa Román, en Retuerta de Bullaque (Ciudad Real) por sus migas; Finca La Estacada, en Tarancón (Cuenca) por su cochinillo con espuma de gachas; Restaurante Fábrica de Harinas, en Toledo, por su paletilla de cordero lechal manchego DO ahumada al sarmiento y asada 24 horas y al Restaurante Cuerdas, en Albacete, en la categoría de vinos.

La cata de caldos ha sido constante en toda la Feria. Asistimos a un maridaje con bellota y otras especias de los fabricantes de Cueva, el vino que los franceses prohíben que se denomine champán y los catalanes cava. Sencillamente delicioso. Fuera del stand oficial degustamos algunos de los mejores quesos de España. Fabricados artesanalmente en la Dehesa Majazul de Bargas (Toledo) con leche cruda de oveja. Todo natural. A sus especialidades de curados y semicurados, añade el sefardí (a punto de ser exportado a Estados Unidos); el de sabor a azafrán (de La Mancha, naturalmente); el bañado en pimentón de La Vera, Cáceres, y los nuevos productos de queso a la trufa y con cerveza. Una sugerencia a los gestores de Fitur Castilla-La Mancha: el mejor reclamo de degustación para los visitantes con cualquier de nuestros buenos caldos. Alberto Rodríguez, el alma mater de estos productos castellano-manchegos de Majazul, estaría «encantado de colaborar», según confesó a ABC Toledo.

Desmontando al ingenioso hidalgo

Como decíamos al principio, el espíritu de don Quijote se respira en todo el stand oficial del gobierno regional. Los molinos, Quijote y Sancho, quedaron inmortalizados en los móviles y en los selfis de esta edición 2017. Nos agradó ver el histriónico Alonso Quijano que adorna el Obrador Santo Tomé, en la capital regional y que aportaba más idealismo a la enorme empresa de «vender nuestra tierra» dentro y fuera de nuestras longitudes y latitudes. Echamos de menos a la sin par Dulcinea Valle Hidalgo, para que tomara la palabra y le invitara al hidalgo caballero, frisando los 50, que no pudo huir de amor, iras y engaños, que en este viaje, en esta aventura, a recordar sus propias palabras: «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho».

Nosotros no quisimos perder la ocasión para subir a lomos del mismísimo Rocinante; descabalgamos a don Quijote por unos momentos y con su escudo y lanza, emprendimos la más desigual de las batallas arremetiendo contra gigantes y molinos. Una experiencia virtual creada por el joven Joaquín Ruipérez, CEO de estudiofutureVR, que nos permitió entender en seis minutos delirantes que el idealismo y los sueños son capaces todavía de seguir moviendo el mundo en la dirección correcta. Tras la noble derrota, fuimos armados caballeros.

Fitur, escaparate singular de nuestra pujanza turística, acaba de cerrar sus puertas; es un buen lugar para que nuestros escolares vivan y sientan todos los universos en plenitud. Y que recuerden que somos todos ya un solo mundo. Nos vemos en la edición de 2018. En el stand de Castilla-La Mancha. Naturalmente.

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