OPINIÓN

La biblioteca del Polígono necesita ayuda

Funcionaría mucho mejor si hubiera un bibliotecario más; el barrio lo merece

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Como ha resaltado Juan Sánchez tantas veces, las bibliotecas públicas no son un capricho o lujo, sino una necesidad para los ciudadanos. Esto significa que los poderes públicos tienen el deber de facilitar a los ciudadanos las condiciones adecuadas para disfrutar y acceder a estas bibliotecas públicas. ¿Qué supone esto? Pues que deben velar para que se encuentren debidamente atendidas, en buenas condiciones, con libros (que algunos hayan sido editados este año…), con toda la infraestructura que permita concebirlas como centros de estudio y de cultura. Me gusta mucho recorrer algunas bibliotecas públicas y ver en ellas a jóvenes opositores, ancianos que consultan la prensa diaria, chicos que van allí a hacer los deberes y los trabajos del colegio, muchachos que buscan entre las estanterías los libros que su débil economía no les pone al alcance de la mano; en fin, todo tipo de personas que necesitan acudir a la biblioteca.

¿Queremos que la gente cambie a mejor y que el mundo sea más justo? Pues hagamos más bibliotecas y acerquemos a todos el maravilloso mundo de los libros. ¿Por qué digo esto? La Biblioteca Municipal de Santa María de Benquerencia, a la que suelo ir a menudo, está atendida por una bibliotecaria (una chica de origen canario llamada Yaiza), que hace un trabajo excelente, pero es obvio que necesita una ayuda. La bibliotecaria tiene que estar al tanto del salón de actos (donde se realizan muchas actividades), atender a la gente que acude a préstamos y devoluciones (que no son pocos) y estar atenta a las necesidades de las personas, que ocupan, para más inri, las salas de los pisos superiores, de modo que debe estar subiendo y bajando cada dos por tres (deporte sí que tiene que hacer). Aparte todas las consultas relativas a libros y trabajos, claro. Sin duda no da abasto y, lo que es peor, los libros se acumulan porque no dispone de tiempo para ficharlos y ponerlos en circulación para su préstamo. Ella hace lo que puede, que es mucho y siempre con una amable y admirable eficacia, pero la Biblioteca funcionaría mucho mejor si allí hubiera un bibliotecario más. Lo digo por el bien de esa Biblioteca que, no olvidemos, no sólo beneficia a un barrio sino a todos. El barrio del Polígono se lo merece. Ojalá.

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